La emotiva carta de Begoña Villacís a su hermano Borja: «Me duele la cabeza de tanto llorar y apretar los dientes»

LA VOZ REDACCIÓN

ESPAÑA

Begoña Villacís el pasado marzo
Begoña Villacís el pasado marzo Chema Moya | EFE

«Quizás entendáis ahora por qué siento una aversión tan intensa y visceral por los extremos», expresa, rota de dolor, la exvicealcaldesa de Madrid tras el asesinato de su hermano pequeño

11 jun 2024 . Actualizado a las 14:43 h.

«El pasado martes la vida por fin me tocó, me atravesó», asegura Begoña Villacís sobre lo que sintió al conocer la trágica noticia de que su hermano pequeño, Borja, había sido asesinato a balazos a plena luz del día. Hace menos de una semana del incidente; «cinco días, y sigue siendo igual de irreal», valora la exvicealcaldesa madrileña en la extensa carta que le ha dedicado en Instagram al fallecido.

«Borja siempre será mi hermano pequeño, y yo seré siempre su hermana mayor», recuerda Villacís sobre su estrecha relación con él, al que cuidó lo «mejor que supo» y del que destaca que siempre la «supo compensar» por su disposición con «sentidos gestos, grandes abrazos y cariñosos besos». Porque, según la abogada, y a pesar de que Borja, de 41 años, en ocasiones se iba y en otras volvía, no era de esos «chicos que no sabían expresar», sino que siempre se caracterizó por hacer notar el amor incondicional que sentía hacia ella y hacia sus padres. Y que, en ocasiones, también le tocaba a él ejercer de hermano mayor.

La política, todavía incrédula por los hechos sucedidos a su hermano, se ha abierto en canal sobre sus sentimientos actuales, y se confiesa triste a la vez que conmovida. «Me duele la cabeza de tanto llorar y apretar los dientes», reconoce Villacís, que al mismo tiempo agradece los cientos de muestras de cariño y aprecio que le hacen llegar conocidos y anónimos a todas horas desde que se conoció la trágica noticia. No solo las personas que la paran por la calle —«"No quiero molestar", empezáis diciéndome. Y no lo hacéis, reconforta que alguien se pare a transmitirme su pesar», expresa conmovida—, sino también de sus compañeros y de sus rivales políticos, ya sea la compasión en forma de mensajes de apoyo por parte de PP y PSOE, del consuelo a través de la fe de un cargo de Vox —«que orará por mi hermano», explica— o del «hermoso mensaje» de otro de Más Madrid. «Las mismas ganas de consolar», estima sobre las intenciones de todos los que le han escrito. «A todos, aquí tendréis siempre una familia agradecida».

Una familia rota de dolor ante un horrible asesinato. Un duro trago para ella y para sus padres, a los que le tuvo que dar la noticia. «[Borja] nunca hubiese permitido que una mañana me tocase pedir a nuestros padres que se sentasen, que tenía algo que decirles», relata sobre el que fue «el peor día» de sus vidas. Y que ha hecho que su familia nunca vaya a volver a ser la misma tras enterrar «a un hijo, a un hermano».

Sobre los hechos, Begoña Villacís ni siquiera entra a valorarlos más que para intentar que la gente entienda de dónde le viene su «aversión tan intensa y visceral de los extremos». Pero no ha leído prácticamente nada al respecto. «La gente que me quiere me dice que no lo haga, que no me hará bien», explica Villacís.

La exvicealcaldesa se limita a los pequeños gestos de cariño, esos que le devolvía de vez en cuando su hermano Borja. Agradecimientos, mensajes y también flores. «Dejo hoy estas en la carretera del Pardo», explica sobre el ramo que se ve en la imagen que acompaña a su carta, en la que, incluso tras varios párrafos dedicados a expresar sus sentimientos, sigue sin creer que no va a volver a ver a su «niño».

Asesinado tras una encerrona de un grupo rival

Borja Villacís y un amigo suyo murieron acribillados a balazos el martes, 4 de junio, cuando circulaban en un Citroën C3 por una carretara del distrito madrileño de Fuencarral-El Pardo. Habían caído en la encerrona de un grupo rival de narcos neonazis, que los emboscaron en el marco de una supuesta reunión sin armas para parlamentar. 

El principal sospechoso, enviado a la cárcel por homicidio, es Kevin Pastor Estopa, un ultra violento de 24 años con antecedentes por tráfico de estupefacientes y agresiones a militantes de izquierdas.

También fue detenida, ya en el mismo día del asesinato, la madre de Kevin, María José Estopa Jiménez, de 53 años, y que era supuestamente la conductora del coche que emboscó al de Villacís. Un tercer sospechoso, amigo de Kevin Pastor, fue puesto en libertad por el Juzgado de Instrucción 2 de Illescas.