«Estamos muy abandonados», afirman los familiares de los agentes que sobrevivieron a la embestida de la narcolancha en Barbate
ESPAÑA
Un juzgado determina si hay alguna responsabilidad penal de los mandos de la Guardia Civil que ordenaron el operativo
28 jun 2024 . Actualizado a las 14:31 h.Las mujeres de los cuatro guardias civiles que sobrevivieron a la embestida de una narcolancha en el puerto de Barbate (Cádiz), en un episodio que causó la muerte a dos compañeros, esperan que los mandos que ordenaron el operativo «se sienten en el banquillo» y aseguran que ellos se sienten «muy abandonados» por la institución.
Algunas de ellas han acudido a las puertas del juzgado de instrucción número 1 de Barbate, donde este viernes han sido citados a declarar como testigos los cuatro agentes supervivientes la noche del pasado 9 de febrero y el capitán del Servicio Marítimo de la Guardia Civil que recibió en el puerto aquel día la orden de intervenir de los dos mandos.
Estas declaraciones se enmarcan en el procedimiento abierto para determinar si hay alguna responsabilidad penal en los mandos de la Guardia Civil de Cádiz y de Sevilla que ordenaron la intervención de los agentes en el puerto aquella noche para enfrentarse a potentes narcolanchas, tal y como han denunciado asociaciones profesionales como AUGC y Jucil.
A las puertas del juzgado, Silvia Mera, esposa de uno de los agentes que resultó herido, con una herida abierta en la rodilla, ha contado a los periodistas que los supervivientes están «muy disgustados» y «nerviosos por enfrentarse a sus mandos» y no verse «respaldados por ellos», y viviendo «con mucha vergüenza» que «están intentado escurrir el bulto». «Se ven muy abandonados por la institución», ha comentado la mujer, que asegura que su marido, aún de baja, está muy afectado por lo que vivió, al igual que su familia.
«Ellos han estado siempre a sus órdenes, sacrificándolo todo en una unidad en la que siempre están disponibles; se aprovechan de la condición de ellos, de que siempre están disponibles para lo que sea. Con un hilo, ellos te hacen un traje porque se adaptan a todo. Y ese día se aprovecharon de esas condiciones y salieron a un trabajo que no deberían haber realizado», ha añadido.
Ve con preocupación el momento en el que su marido, del grupo de Actividades Subacuáticas, tenga que reincorporarse a su trabajo «porque las cosas no se están solucionando. Nosotras, desde ese día, no hemos visto que se hayan solucionado las cosas, ni tienen ellos más respaldo, ni hay más efectivos, ni el narcotráfico se está controlando; al revés, cada vez hay más presencia de narcotraficantes por nuestras playas. Vemos pasarlas cada dos por tres. Eso no debería normalizarse».
Mónica Rubiales, esposa de otro los supervivientes, también cuenta que el agente está mal. «No puede dejar de pensar en lo que pasó ese día. Eso lo tienen ellos clavado en su mente».