El misterio de la desaparición de Jay Slater: confirman que el cadáver hallado en Tenerife es el del joven británico
ESPAÑA
Las huellas dactilares del cuerpo localizado este lunes se corresponden con las del chico de 19 años al que se le perdió la pista el 17 de junio. Termina un mes de búsqueda en el que se han barajado todo tipo de hipótesis criminales. Una amiga recibió su última llamada en la que decía que estaba perdido, tenía sed y que apenas le quedaba batería en el móvil
16 jul 2024 . Actualizado a las 18:51 h.Las autoridades judiciales han confirmado por las huellas dactilares que el cadáver hallado ayer en Tenerife es el del joven británico Jay Slater y que su muerte se debió a un politraumatismo compatible con una caída en una zona rocosa.
Una noticia que llega después de que esta mañana se conociese los restos mortales llevaban encima la documentación del joven de 19 años al que se le perdió la vista el 17 junio cuando estaba pasando unos días con unos amigos en Tenerife.
Aunque, como apunta Efe, aunque la autopsia definitiva se va a demorar, ya se cuenta con una identificación positiva tras contrastar las huellas dactilares del cuerpo.
¿Qué le pasó a Jay Slater?
Esta inquietante historia arranca en la madrugada del 17 de junio. Las alarmas saltan cuando Jay llama por teléfono a una amiga, llamada Lucy, sobre las 8.50 horas para decirle que estaba perdido, que tenía sed y que apenas tenía un 1 % de batería en su teléfono.
¿Qué hacían allí?
Jay Slater había viajado a Tenerife cuatro días antes, el 13 de junio, junto a la amiga a la que llamó y otro joven para acudir a un festival de música, el New Rave Generation, en la localidad de San Miguel de Abona. El evento, que se desarrollaba en diferentes zonas del sur de la isla, empezaba el día 14. Ellos se alojaban en la zona de Los Cristianos y para el grupo empezada un fin de semana para disfrutar de la fiesta.
El misterio del día 17
Esa noche, la madrugada del domingo al lunes, Jay se encontraba de fiesta cuando, según el relato de su amiga amiga Lucy, conoció a dos personas.
Aquí es donde empiezan las diferentes teorías. La que se da por más firme dice que el joven británico se fue con esas dos personas, dos hombres, a la zona de Masca, aunque él estaba alojado en Los Cristianos.
¿Qué pasó después? Ya por la mañana, en torno a las 8.00 horas, sus acompañantes le habrían ofrecido llevarle a su apartamento en coche, pero que esté les dijo que no. La propietaria del Airbnb aseguró que el chico le preguntó cuando salía el siguiente autobús hacia Los Cristianos. Como ya lo había perdido, Jay habría decidido irse andando (el trayecto a pie es de once horas) y ahí es donde se le pierde la pista.
Lo único que se sabe a ciencia cierta es que llamó a su amiga Lucy diciéndole que caminaba por una zona desconocida, «en medio de la nada», que tenía sed y muy poca batería. Su última ubicación le sitúa en la zona del Parque Rural del Teno. Se trata de una zona de difícil acceso, muy lejos de su alojamiento, donde este lunes se encontraba un cuerpo sin vida. Y es que no se descarta que Jay tuviese un accidente.
La llegada de la familia
El día 20 de junio la madre de Jay, su hermano y varios amigos llegaron a la isla. Su progenitora, Debbie Duncan, aseguró estar recibiendo llamadas pidiendo un rescate por su hijo. La Guardia Civil rechazó ese extremo y el caso empezó a circular como la pólvora entre los medios británicos.
Varios rotativos se hacían eco el 24 de junio de un «posible avistamiento» del joven en Santiago del Teide e incluso se divulgó una imagen borrosa captada por una webcam en la que se ve la silueta de una persona aparentemente joven andando varias horas después de que se le perdiera el rastro.
Con todo, la búsqueda se centró en el barranco de Masca, donde le ubicó su teléfono. En la zona se emplearon a fondo un helicóptero, varios drones, unidades caninas y equipos especializados en rescate de montaña.
El rastreo se trasladó incluso durante varias horas a la zona de Los Cristianos, donde el joven se alojaba con dos amigos, pero esa pista resultó ser falsa.
Este lunes era hallado un cuerpo, en avanzado estado descomposición, precisamente en la zona de barrancos en la que se buscó con más intensidad.
¿Un pasado conflictivo?
Cuando habían pasado diez días de búsqueda, las informaciones sobre el perfil de Jay Slater se fueron cruzando, sobre todo en el Reino Unido. La prensa publicó que hace tres años, con solo 16, fue juzgado por una brutal agresión a otro joven junto a un grupo de amigos. En la paliza usaron un palo de golf y un hacha. La víctima resultó herida de gravedad. Jay y sus compinches fueron condenados a seis meses de trabajos comunitarios.
Un conocido investigador
Si esta historia ya estaba aderezada con todo el misterio posible, a principios de julio entra en escena un periodista de investigación y expolicía británico llamado Mark Williams-Thomas, conocido por sus investigaciones sobre el caso Madeleine McCann. Él asegura que en su propio rastreo en Tenerife ha dado con uno de los acompañantes de Jay en la noche de su desaparición. Uno de los dos hombres que le invitó a su apartamento en Masca sería Ayud Qassim, con pasado en prisión por narcotráfico en Gales.
Este hombre asegura que Slater salió de su apartamento con vida y que le ofreció pasar allí la noche porque no tenía a donde ir. Así lo recogió The Sun, al tiempo que informó de que la Guardia Civil no le tenía a él ni a su compañero de piso en el punto de mira en la desaparición del joven de 19 años. Según el testimonio de Qassim, él se había ofrecido a llevar a Slater en su coche de vuelta a Los Cristianos por la mañana, pero el chico se negó.
Otra de las teorías que maneja Mark Williams-Thomas, que no ha parado de publicar hipótesis en las redes sociales, es que el joven desaparecido había publicado en un Snapchat de camino al alojamiento de los dos hombres en Masca diciendo que había robado un Rólex de 14.000 euros. Ese robo habría tenido lugar en un local previo a que Slater se desplazase con los dos hombres al apartamento vacacional de Masca. Las autoridades no se han confirmado que ese supuesto robo tuviese algo que ver con su desaparición.