Ha sido sustituida por Cristina Hernández, socióloga y especialista en políticas de igualdad y contra la violencia de género
23 jul 2024 . Actualizado a las 04:29 h.El Gobierno ha cesado a Isabel García como directora del Instituto de las Mujeres apenas seis meses después de nombrarla. Su cese llega tras días de presión política, en los que Podemos e incluso Sumar -socio de Gobierno del PSOE- lo habían exigido por considerar injustificable que se utilizase una institución contra las discriminaciones para el enriquecimiento personal.
El cese se produce seis días después de que se publicara que García habría recibido al menos 64 contratos públicos de ayuntamientos gobernados por el PSOE y, con estas adjudicaciones habría facturado alrededor de 250.000 euros con las empresas que comparte con su mujer, Elisabeth García, exasesora del PSOE en el Senado.
Fue entonces cuando la afectada emitió un comunicado en el que aseguraba que cumplía escrupulosamente con la ley y que sus empresas -en las que pasó a tener un porcentaje del 8 % tras ser nombrada directora- no entraban en conflicto de intereses con su cargo. La ministra de Igualdad le concedió tiempo para que se explicara, un plazo que finalmente ha culminado con su cese.
García subrayó el pasado jueves que tenía «la conciencia tranquila» y «la certeza de haber hecho las cosas bien», así como que tanto ella como su mujer habían sido «muy escrupulosas en sus actuaciones profesionales» y que ninguna de esas empresas había recibido nunca «un solo contrato del Instituto de las Mujeres». También señaló que nunca había realizado gestión o recomendación alguna para favorecer ningún contrato.
Sustituida por Cristina Hernández
El Gobierno ha nombrado a la socióloga feminista Cristina Hernández directora del Instituto de las Mujeres, en sustitución de Isabel García.
Hernández (Ciudad Rodrigo, Salamanca, 1979) es socióloga y especialista en políticas de igualdad y contra la violencia de género.
Además de haber trabajado como responsable de formación del servicio 016, su trayectoria ha estado ampliamente vinculada al PSOE, partido del que ha sido asesora en materia de igualdad del grupo parlamentario en el Congreso y en el Comité Ejecutivo Federal.
Actualmente, formaba parte del gabinete del ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños.
También ha trabajado como asesora para organizaciones no gubernamentales, entidades públicas y organizaciones políticas y ha sido profesora asociada en la Universidad de Salamanca, donde ha impartido las asignaturas de Sociología de las Relaciones de Género y Sociología de los Movimientos Sociales.
Una gestión plagada de polémicas
La gestión de García al frente del Instituto de las Mujeres no ha llegado a siete meses y ha estado plagada de polémicas: por sus opiniones sobre la ley trans, primero, y por las actividades empresariales junto a su esposa, después. PP, Podemos e incluso Sumar, socio del PSOE en el Ejecutivo de coalición, habían exigido su destitución.
Las reacciones al cese no se han hecho esperar. Desde Sumar han denunciado que García representaba un «feminismo transexcluyente» y han solicitado que la futura directora del Instituto lo sea «de todas las mujeres». «Isabel García representa un feminismo transexcluyente que pone en riesgo una institución trascendental para luchar por la igualdad. Necesitamos que la nueva persona que asuma este cargo tenga claro que el Instituto de las Mujeres tiene que ser de todas las mujeres», ha aseverado la formación en X.
Nada más conocerse la noticia, la exministra de Igualdad y eurodiputada de Podemos Irene Montero ha defendido que García nunca debió ser nombrada y ha criticado que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, solo haya actuado debido al «escándalo» que ha originado la actividad empresarial de la directora del Instituto de las Mujeres.
«La Directora del Instituto de las Mujeres será cesada pero nunca debió ser nombrada para representarnos a todas. El feminismo se impone a pesar del Gobierno. Qué pena que para el Presidente no haya sido determinante su transfobia ni casi su corrupción, solo que el escándalo pare», ha escrito Montero en X.