Asegura que orquestó una operación de Estado contra ella usando la Fiscalía, la Abogacía del Estado y ministros
03 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Desazonadora. Así fue la entrevista de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en Antena 3, donde sostuvo que hay «corrupción de Estado de arriba a abajo». Lamentable aseveración de una mandataria para reflejar las presuntas corruptelas que afectan a miembros del Partido Socialista y a la familia de su máximo dirigente, Pedro Sánchez, y al mismo tiempo defenderse de las que le asediaron y asfixian a ella por sus parientes y su novio.
«Mi pareja no tiene que ver con mi vida laboral», arguyó sobre Alberto González Amador. «Él ha reconocido lo que sea para que lo dejen en paz», dijo. Se refería a que admitió haber cometido dos delitos fiscales por dejar de abonar a Hacienda más de 350.000 euros. Cuando saltó el caso, en marzo, Ayuso ya se defendía: «Primero fue mi difunto padre, después mi hermano y ahora tocaba el novio». «Lo que intentan es la destrucción personal y la difamación», achacó. Su hermano fue acusado de recibir dinero de una empresa a la que el Gobierno de Madrid adjudicó un contrato por 1,5 millones. El asunto hizo caer a Pablo Casado.
La presidenta madrileña se presentó en marzo como la víctima de una operación de desestabilización pergeñada por el PSOE. Ayer, fue más concreta, al menos en señalar al autor. «Pedro Sánchez es un cobarde, claro que sí. Yo llamo cobarde al presidente del Gobierno. Él orquestó una operación de Estado contra mí usando la Fiscalía, la Abogacía del Estado y ministros para insultar y difamar. Juan Lobato me acusó de corrupción hasta que vio que lo ilegal era lo suyo y al final ha tenido que ir como un corderillo al notario», subrayó en alusión al ex secretario general del PSOE-M. Este dimitió tras saberse que llevó al notario una conversación de hace meses con la jefa de Gabinete de Óscar López, Pilar Sánchez Acera, en la que ella le envió un correo del 2 de febrero con la oferta de pacto del abogado de González al fiscal del caso y le pidió que lo usase contra Ayuso en la Asamblea. Lo hizo después de que lo publicara El Plural.
Ayuso aprovechó el micrófono de radio para disparar a dar. «Están creando un poder paralelo viviendo y deteriorando lo público. Yo no coloco a un familiar, esta gente sí [...] son unos jetas, caraduras que hacen todo esto y dicen que lo haces tú. Ante esa inversión de la verdad, quedan los hechos», esgrimió aludiendo con toda probabilidad al empleo del hermano de Sánchez como músico en la Diputación de Badajoz, y no a la plaza de funcionaria asignada a su cuñada en el Ayuntamiento de Villanueva de la Cañada, a la que solo concurrió ella y el plazo de presentación de méritos se limitó a 5 días.
El novio, contra Reyes Maroto
El caso de González Amador no para de engrosar. Tras provocar un terremoto en la Fiscalía General, cuyo responsable está acusado de revelación de secretos, el novio de Ayuso anunció ayer su intención de querellarse por injurias y calumnias contra la portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Reyes Maroto, por llamarlo «defraudador confeso», y por las que solicita que lo indemnice con 20.000 euros. En octubre se querelló contra Sánchez y Bolaños por llamarlo «delincuente confeso».