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Los letrados del Congreso dan vía libre legal a la cuestión de confianza tras la presión de Junts

Paula de las Heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Los diputados de Junts Josep Maria Cruset y Míriam Nogueras, a su entrada en el hemiciclo del Congreso
Los diputados de Junts Josep Maria Cruset y Míriam Nogueras, a su entrada en el hemiciclo del Congreso Alberto Ortega | EUROPAPRESS

PSOE y Sumar tendrán que decidir este martes en la Mesa si aceptan tramitar la proposición no de ley que insta al presidente a volver a superar una suerte de investidura, con la amenaza de Puigdemont de romper con el Gobierno en caso de que se nieguen

16 dic 2024 . Actualizado a las 17:14 h.

El PSOE y Sumar no podrán oponerse finalmente con argumentos legales a la tramitación de la proposición no de ley presentada por Junts la semana pasada para exigir a Pedro Sánchez que se plantee a la Cámara una cuestión de confianza. Los letrados del Congreso han emitido ya un informe en el que sostienen que no existen precedentes que permitan inclinarse a favor de permitir o no el debate de ese texto, de manera que tendrá que ser la Mesa, en la que los dos partidos del Gobierno tienen mayoría absoluta, quien tome una decisión mañana al respecto.

La presión para que, en contra de lo que dejaban entrever los socialistas la semana pasada, se opte por tramitar la iniciativa es muy alta. En vísperas de la negociación de los Presupuestos, el líder de Junts, Carles Puigdemont, amenaza con romper con Sánchez en caso de que se resista a siquiera dejar que el texto, sin validez jurídica alguna pero con un claro impacto político, se someta a la votación del pleno.

Hasta hace unos días el PSOE se mostraba más bien reticente a aceptar que la cuestión llegara al pleno. Apelaba a una decisión de la Mesa en el 2013 en contra de la admisión a trámite de una proposición similar a la de los posconvergentes pero planteada por el entonces secretario general de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba. El órgano rector del Congreso, con mayoría absoluta del PP, argumentó entonces que se trataba de una «moción de censura encubierta».

Los letrados dicen ahora, sin embargo, que los precedentes existentes son de lo más variado, ninguno idéntico al texto en cuestión, y que de ellos «no cabe extraer una línea de actuación unívoca por parte de la Mesa» por lo que deja vía a libre para que se fije el criterio que se considere conveniente. Esta flexibilidad, permite al Ejecutivo salir del atolladero sin provocar un nuevo choque con Junts, que ya ha lanzado señales de, en palabras de su portavoz, Míriam Nogueras, no ir «de farol».

La semana pasada, después de que el expresidente de la Generalitat lanzara su órdago en una comparecencia en Bruselas -la primera desde que el día de la investidura de Salvador Illa, cuando se dirigió a sus simpatizantes en el Arc del Triomf de Barcelona para a continuación huir nuevamente a Waterloo- la formación independentista asestó dos golpes al Ejecutivo en la Cámara Baja: pactó una enmienda con el PP para suspender el impuesto a la producción eléctrica y sumó sus votos a los del PP y Vox y PNV frente a una iniciativa socialista para agilizar la aplicación de la eutanasia.