Yolanda Díaz se aferra a la reducción de la jornada para refundar Sumar

M. A. Alfonso MADRID / COLPISA

ESPAÑA

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, en una cumbre de Sumar el pasado 17 de enero
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, en una cumbre de Sumar el pasado 17 de enero Alberto Ortega | EUROPAPRESS

La vicepresidenta busca una conquista urgente que devuelva al espacio político la moral hundida por el ciclo electoral y el escándalo de Errejón.

19 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

«Es el tema más importante del año, la representación de un cambio de época». Las palabras grandilocuentes con las que Yolanda Díaz defiende la reducción de la jornada laboral revela la capitalidad que la medida tiene para un Sumar en retroceso que busca un golpe de efecto de cara a su asamblea del 29 y 30 de marzo, aplazada por el escándalo protagonizado por la salida de Íñigo Errejón.

En una legislatura paralizada en el Congreso por la debilidad del Gobierno y en medio de un debate sobre el liderazgo en el espacio político, la vicepresidenta segunda ha redoblado su pulso contra el PSOE para tratar de que se apruebe de urgencia e «íntegramente» el acuerdo que suscribió con UGT y CC. OO.

Los socialistas siguen recelando de una medida que no ven transversal para todos los sectores. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, a quien Díaz calificó de «mala persona» tras acusarlo de «congelar» su propuesta, aspira a un texto que sea «cómodo» para todo el Gobierno. Pero el tiempo corre en perjuicio de Sumar, que ve como su medida estrella de la campaña electoral del 23J se aleja de su aprobación

Unidad en la izquierda

La aritmética parlamentaria y la competencia con otras formaciones no ayudan. Con Podemos esgrimiendo sus cuatro diputados para «doblar el brazo al PSOE», Movimiento Sumar tiene como principal reto, no ya liderar un espacio en retroceso, si no velar por la unidad al tiempo que se cuestiona el liderazgo de la vicepresidenta segunda, en especial tras el escándalo de Errejón, al que ella nombró portavoz parlamentario. «Una bomba atómica», lo definieron desde distintos partidos.

El pasado viernes, Díaz buscó esa unidad convocando a representantes de Sumar, Compromís, Izquierda Unida, los comunes, Más Madrid y la Chunta Aragonesista. Allí lanzó un aviso a Pedro Sánchez, que en el Gobierno «no se avanza viviendo de las rentas, sino con conquistas de nuevos derechos». También presionó con la vivienda y la subida del SMI. Pero en esta carrera por alcanzar logros sociales que vender a su electorado, Díaz no solo deberá convencer al PSOE. También deberá superar el aval de un Congreso atomizado.