
Nadie en el Cecopi habló sobre la rambla desbordada, solo hubo referencias a la presa de Forata»
20 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La exconsejera de Justicia y Emergencias Salomé Pradas declaró el pasado 11 de abril ante la jueza que instruye el caso de la dana, la magistrada Nuria Ruiz Tobarra, que se enteró de que se había desbordado el barranco del Poyo y que era el causante de la muerte en l'Horta Sud sobre las 21 horas del 29 de octubre. El Cecopi, desde donde se gestionaba la emergencia, era lo más parecido a un búnker aislado de la vida (o muerte) real, porque los hechos han demostrado que la información no traspasó aquellas puertas en una tarde en la que con los datos en la mano, y así lo cree la magistrada, se podrían haber evitado muchos fallecimientos.
La versión de Pradas es la que aportó el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Miguel Polo, que el 19 de diciembre admitió que por espacio de dos horas y media dejó al Cecopi sin información sobre el caudal de la rambla del Poyo, que tenía un único aforo de medición de paso junto al puente de la A-3.
Entre las 16.13 y las 18.43 horas del 29 de octubre, como se puede comprobar con los correos electrónicos remitidos por los técnicos del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), el apagón informativo sobre el caudal del Poyo fue un hecho. La alerta la da la técnico Carmen González a las 18.43 horas cuando apunta que tres minutos antes del envío del correo la situación en la rambla era la siguiente: «Valor 1.686 metros cúbicos por segundo, mayor de 150 metros cúbicos por segundo, con tendencia ascendente a las 18.40 horas. Para su conocimiento la crecida está siendo muy rápida. Se continúa el seguimiento desde la sala SAIH. Atentamente».
A las 18.55, según los últimos registros y antes de que se diera por perdido el sensor del aforo de la Riba-roja, el registro de paso fue de 2.282 metros cúbicos por segundo.
A las 17.00, según la información oficial de los informes de la Confederación Hidrográfica del Júcar, el caudal era de 200 metros cúbicos por segundo. Y a las 18.30 horas ya rondaba los 1.600 metros cúbicos por segundo. Unos datos que no merecieron ningún aviso especial del SAIH, a pesar de que la catástrofe estaba totalmente monitorizada.
En la pericial de su teléfono móvil que el exsecretario autonómico de Emergencias, Emilio Argüeso, remitió a la jueza también se puede comprobar que durante las conversaciones mantenidas vía mensajería interna a lo largo del 29 de octubre en ningún caso se habló de la situación del barranco del Poyo.
Para cerrar el círculo, faltaba la declaración de la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, ante la magistrada en calidad de testigo el pasado 14 de abril. Bernabé reconoció para la sorpresa de muchos de los involucrados en la causa que en el Cecopi en ningún momento se habló del barranco del Poyo. «No se habló del barranco del Poyo. Todo fue con referencia a Forata». De esta manera, tanto el Consell como el Gobierno como la propia confederación reconocen que nadie miró al Poyo en las horas más críticas de la riada. La ceguera de las administraciones hacia el Poyo traicionó sus compromisos de vigilancia del cauce. El primero, el de la propia sala SAIH, que en cada correo que remitió por la mañana al 112 de la Generalitat ratificaba su compromiso de hacer un seguimiento de la situación.
Además, en la alerta hidrológica decretada a las 12.20 porque el Poyo bajaba con un caudal superior a los 250 metros cúbicos por segundo en el paso de Riba-roja, también se dejó negro sobre blanco que tanto la Confederación Hidrográfica del Júcar como la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta de las Emergencias mantendrían el seguimiento de la evolución del caudal «para informar de cualquier riesgo». Ese control llegó hasta las 16.13, con un paso por el aforo de la A-3 a las 15.50 horas de 28,7 metros cúbicos por segundo. Un tercer aviso con tendencia descendente que sirvió para dejar de poner los ojos en el Poyo.
La ceguera invadió al Cecopi, incapaz de atender las informaciones publicadas por los medios. A las 11.18, Las Provincias publicó esta noticia: «El barranco de Chiva se desborda y anega campos y viviendas».