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IU recupera el protagonismo para ejercer de árbitro a la izquierda del PSOE

Fran Espiñeira

ESPAÑA

El líder de IU, Antonio Maíllo
El líder de IU, Antonio Maíllo Javier Lizon | EFE

Maíllo apuesta por reconstruir el espacio de Sumar con un nuevo perfil

27 abr 2025 . Actualizado a las 18:09 h.

Izquierda Unida, la mutación electoral con la que el Partido Comunista pretendía ensanchar su espacio electoral en la década de los noventa, está de vuelta. La coalición, el primer ensayo de lo que se ha dado en llamar la izquierda a la izquierda del PSOE, celebró este sábado su particular cónclave para definir la hoja de ruta de una formación que se presume clave para resucitar lo que fue Sumar en los comicios del 2023.

A los mandos de la operación se ha situado Antonio Maíllo (Córdoba, 1966), tras imponerse en las primarias a la secretaría general a la ministra Sira Rego, la favorita de Yolanda Díaz, aunque la vicepresidenta segunda haya roto su carné de IU hace años. Maíllo, que también fue parlamentario en Andalucía, se ha apoyado en Enrique Santiago, uno de los diputados de más peso en Madrid, pero que en los últimos meses ha perdido cierta influencia al intentar mantener sus canales abiertos tanto con Díaz como con Pablo Iglesias.

Antonio Maíllo fue el primero en lanzar el aviso de que «en la elección del nuevo candidato del espacio no puede haber vetos», en un mensaje claramente dirigido a Yolanda Díaz y a Irene Montero, ambas enfrascadas en una lucha personal donde priman los rencores de la etapa en la que ambas coincidieron en el Consejo de Ministros bajo las siglas de Unidas Podemos.

Fue Izquierda Unida (y el PCE) quien ha convertido el mensaje antimilitarista en la esencia de su programa. Su «no es no» empezó con la OTAN, con la mili y con las distintas guerras ocurridas en los últimos cuarenta años.

Por eso, el mensaje del pasado martes de Maíllo no fue uno más. «Hasta aquí. No vamos a pasar por la compra de armas a Israel. Habrá que pensar si hay que dejar el Gobierno», dijo en una entrevista televisiva minutos después de que Yolanda Díaz intentará rebajar importancia a la compra de munición a Israel.

Nominalmente, Izquierda Unida tiene una ministra, Sira Rego, que pronto trasladó su apoyo a Díaz en lugar de a Maíllo y rechazó la dimisión planteada por su teórico líder, el mismo que la derrotó en las primarias de la formación. Pero, sobre todo, cuenta con entre siete y nueve diputados afines en el Congreso, que son imprescindibles para las votaciones de Pedro Sánchez.

Este sábado, en el comité federal de IU, el rifirrafe quedó temporalmente aparcado, pero en los corrillos no faltaron las críticas a la «deslealtad» de Rego. Antonio Maíllo cumplió con el trámite deseando «larga vida a la coalición» en el Ejecutivo como fórmula para disipar los nubarrones de principios de semana.

Pero Maíllo se siente reforzado y sigue reclamando protagonismo para IU en el proceso de reconstrucción de la extrema izquierda. Al debate final sobre la política de alianzas llegarán casi un centenar de enmiendas y un aviso claro a Podemos y Sumar: «Se acabaron las designaciones monárquicas», en clara referencia al interés de Irene Montero y Yolanda Díaz de liderar el espacio frente a una IU que reclama «métodos democráticos» (incluidas las primarias) y desvinculado de «proyectos personales» para apostar por los «colectivos» y que rechazará tacticismo y planteamientos oportunistas.

La propuesta de IU aboga por conformar un bloque con Sumar, Podemos, Compromís, Comunes, Más Madrid, Més per Mallorca y otras formaciones que están ahora fuera de esta confluencia. No obstante, y aunque su objetivo primordial es conseguir una candidatura de unidad, IU ya avisa a sus teóricos aliados que, si se rechaza este marco de alianzas, garantiza su presencia propia en las convocatorias del próximo ciclo electoral. La apuesta es volver a liderar la confluencia y no aportar solo cuadros y estructuras.