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Feijoo marca distancias con Vox y se conjura con Ayuso para echar a Sánchez

Álvaro Soto MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Feijoo y Ayuso durante al acto celebrado este domingo en Madrid por el Partido Popular.
Feijoo y Ayuso durante al acto celebrado este domingo en Madrid por el Partido Popular. Juan Carlos Hidalgo | EFE

El líder popular llama al votante de la derecha a no dejarse impresionar por los que nunca han gobernado

02 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijoo, ha tratado este domingo de ampliar su territorio electoral hacia la derecha y hacia el centro, en busca de los diez millones de votos que considera suficientes para llegar a la Moncloa, arremetiendo contra Vox, contra las cesiones del PSOE a los independentistas y contra la «mafia» socialista. En un acto multitudinario en Madrid, Feijoo ha querido presumir de la fortaleza de su partido, ha cerrado filas con la presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso, y se ha alejado de los partidos nacionalistas, única llave en una supuesta moción de censura con Pedro Sánchez, al anunciar una batería medidas para su futuro Gobierno centradas en penar los delitos de sedición y malversación.

Feijóo ha marcado distancias con Vox y ha pedido a los votantes de la derecha «que no se dejen impresionar por los que nunca han gobernado». «No me voy a dejar influir por los que dicen que dé más caña», ha asegurado el líder popular, que se ha erigido como «única alternativa al sanchismo». «Nosotros, con nuestra personalidad, vamos a liderar esa alternativa, y no le vamos a dar a Sánchez el relato que está buscando», ha asegurado para zafarse de la presión de aquellos que le reclaman una oposición aún más dura, siguiendo la senda de Vox.

Aun así, Feijóo se ha mostrado implacable con el Gobierno de Pedro Sánchez, al que ha equiparado con los «regímenes autoritarios». «Se molestan si decimos que son una mafia, pero cómo quieren que les llamemos, ¿hermanitas de la caridad?», se ha preguntado, antes de denunciar los ascensos a funcionarios corruptos, de los que alardeaba la «fontanera» Leire Díez en sus conversaciones, o el acoso a jueces y periodistas. «Ellos están en los bajos fondos y ellos han convertido la política en una cloaca», ha dicho Feijoo.

Pero además de su flanco derecho, el presidente del PP ha querido atraer a los votantes más centristas y a los desencantados del PSOE con un llamamiento a la «gente honrada» y con continuas apelaciones a un futuro Gobierno «limpio, decente y honesto». «Tengo una idea de España y cuantos más españoles la conozcan, mejor», ha dicho para conceder la mayor importancia al Congreso del PP, que se celebrará entre el 4 y el 6 de julio.

Otra fecha sobresale anteriormente en el calendario popular, la manifestación del domingo que viene en Madrid. Feijoo ha reclamado la mayor movilización posible para esta cita, que va a ser «un gran grito», pero «no una protesta del partido» (no va a haber siglas), sino «una defensa del país».

Puerta cerrada a la moción

Si la posibilidad de una moción de censura contra Sánchez que una al PP con los nacionalistas y con Vox estaba sobre la mesa, Feijoo le ha cerrado la puerta completamente con una serie de medidas de su futuro Ejecutivo dirigidas a castigar a los secesionistas que protagonizaron el procés y al entorno de Bildu. El presidente del PP ha prometido recuperar el delito de sedición, incrementar las penas por la malversación y prohibir los indultos por corrupción. Además, ha anunciado que su futuro fiscal general del Estado se elegirá «con el informe favorable del Consejo General del Poder Judicial» y que no permitirá «que los terroristas vayan en las listas electorales». También ha dicho que reducirá el número de asesores del Ejecutivo.

Durante su intervención, Feijoo ha resaltado en varias ocasiones su sintonía con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. «El que tiene un problema con el PP de Madrid no soy yo, es la Moncloa», ha dicho el presidente nacional de los populares, que sabe que la colaboración con el PP madrileño es imprescindible para alcanzar la presidencia del Gobierno.

En este sentido, Ayuso también ha querido mostrarse cercana a Feijoo, al que ha agradecido su capacidad para «atender a todos y aguantar todos los golpes en estos tiempos de polarización con responsabilidad, con una enorme paciencia, con temple y con la cabeza alta». Pero en su discurso, la presidenta madrileña ha sido más dura que Feijóo y ha apelado incluso a Europa para actuar contra Sánchez.

«Tanto que mira a Hungría o a Turquía, la Unión Europea debería parar ya a este autócrata. ¿Qué más tiene que hacer Sánchez?», ha reflexionado Ayuso, que ha criticado al presidente del Gobierno por «desguazar el Banco de España», por «hundir el prestigio» de Telefónica, de Correos o del CIS y por «dejar por los suelos» la imagen del aeropuerto de Barajas.

Pero las palabras más duras de Ayuso se han dirigido hacia los partidos nacionalistas, a los que ha acusado de aprovecharse de los casos de corrupción del Gobierno y de la debilidad de Sánchez. Ha dicho que el PNV se mueve «como lagartijas» para «colarse» en el poder, que a Junts, «cuanto peor le vaya al Gobierno, mejor para ellos», y que para Bildu, todo esto son «chiquilladas». Ayuso ha criticado que Sánchez trate de hacer ver que en el País Vasco y Cataluña «todo va bien», en contraposición a los «extremistas de Madrid». «Y lo que pasa es que en el País Vasco y Cataluña no hay libertad, no se puede ir con una camiseta de España, del Real Madrid o del Atlético de Madrid sin que te digan algo». Ayuso también ha arremetido contra la ministra de Sanidad, Mónica García, a la que ha acusado de «frivolizar» con la droga y «blanquearla». «Se meten con nuestras cañitas. Pues sí, aquí nos gustan las cañitas y el vino. A la ministra de Sanidad le gustan los porros y a mí me gusta la fruta», ha ironizado Ayuso.