La transformación del deporte mundial
Algunos eventos contribuyeron a propagar el virus hace 12 meses, después llegó la paralización de las principales competiciones y la reanudación, luego, con protocolos con desigual nivel de exigencias
Redacción
Grandes eventos aplazados durante un año (Juegos Olímpicos de Tokio y Eurocopa de fútbol), otros directamente cancelados (Wimbledon y Open Británico de golf) y el resto, disputados a destiempo (Champions en agosto, Masters de Augusta en noviembre, Vuelta ciclista a España en otoño...). La pandemia que asola el mundo cambió también al deporte, que sigue sin recuperar la normalidad 12 meses después.
la expansión del virus
Los grandes eventos ayudaron a propagar el covid-19 por Europa
Mientras llegaban noticias de que el coronavirus había saltado de China a Italia, el deporte siguió desarrollándose con normalidad, con desplazamientos de miles de aficionados entre ciudades. El alcalde de Bérgamo (una de las urbes más afectadas en el inicio), Giorgio Gori, y el jefe de Neumología del hospital de la ciudad italiana, Fabiano di Marco, calificaron el Atalanta-Valencia como una bomba biológica. 40.000 aficionados del Atalanta se desplazaron 60 kilómetros hasta Milán (lugar donde se jugó el partido) en diferentes medios de transporte y unos 2.500 lo hicieron desde España. «El primer paciente en Italia fue el 23 de febrero. Si el virus circulaba, los 40.000 aficionados que fueron al estadio de San Siro se contagiaron. El virus pasó de unos a otros. Fue una bomba biológica», dijeron. Pero hubo más casos peligrosos. El Servicio Nacional de Salud británico concluyó que el Liverpool-Atlético de Madrid del 11 de marzo, consentido de forma polémica con el viaje de aficionados desde España, provocó «41 muertes adicionales» por coronavirus de forma directa.
confinamiento
Deportistas de élite encerrados en sus casas
Tras el anuncio del estado de alarma, el 14 de marzo, España quedó confinada. Incluidos los deportistas de alto nivel, muchos en plena preparación de los Juegos Olímpicos. La mayoría, sin material de entrenamiento en sus casas, se las apañaron para ejercitarse con cajas de leche, garrafas de agua y otros elementos domésticos, improvisando gimnasios en sus hogares.
el regreso
Reapertura gradual en tres niveles, el último todavía incompleto
Tras tres meses de parón, el deporte comenzó su desescalada en España a finales de la primavera. Primero volvieron las ligas profesionales (11 de junio) con protocolos estrictos: viajes y competiciones burbuja, control de la salud de los deportistas con muchos test y partidos sin público. Hasta septiembre, el Gobierno español no aprobó el regreso del resto de las competiciones de ámbito nacional y unas semanas más tarde la Xunta permitió la vuelta de los campeonatos autonómicos, pero con la obligatoriedad del uso de la mascarilla. El fútbol gallego, el más multitudinario, tuvo que esperar hasta diciembre para tener un protocolo aprobado y, justo cuando ya había programado la vuelta para las primeras ligas, se volvió a ver paralizado por las restricciones de la tercera ola. Las categorías sénior, de Preferente hacia abajo, y casi todos los torneos de base, superarán el año sin actividad. Aún a día de hoy no han podido volver a la competición.
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