Elba y Pedro dejaron la ciudad para abrir un albergue a los pies de Trevinca
El confinamiento ha llevado a valorar más los espacios abiertos y la naturaleza
o barco / la voz
La coruñesa Elba Rodríguez es bióloga. El valdeorrés Pedro Domínguez es animador sociocultural. Antes de la pandemia, ambos trabajaban como animadores de tiempo libre y vivían en A Coruña; pero decidieron cambiar por el rural y regresar a Casaio, en Carballeda, el pueblo natal de Pedro. Compraron una finca en la que estaba la que fue escuela del pueblo en los años 40 y 50, y que después fue reconvertida en bar y supermercado; y donde se puso la primera tele del pueblo. «Ten unha finca grande, así que decidimos rehabilitala como albergue, para poder facer campamentos», explica Elba. Están con la fase final de las obras, que impulsaron durante el confinamiento aprovechando el parón laboral y con el apoyo de mecenas.
Elba y Pedro lanzaron dos campañas a través de Internet para conseguir fondos para su proyecto, Eco dos Teixos. Y en ambos casos tuvieron una gran respuesta social, aseguran. Es por eso que están convencidos de que, ahora que el confinamiento ha llevado a muchos a valorar los espacios abiertos y la naturaleza, su apuesta funcionará. «Eu xa coñecía o valor dos montes de por aquí», apunta Pedro; y los descubrimientos de pinturas rupestres y de las chozas donde se escondían los guerrilleiros pueden ser nuevos atractivos para una zona donde están también «a mina dos nazis, Trevinca, O Teixadal», enumera. Y razona: «Casaio tiña todos estes pros, e valoramos que tiña moitas posibilidades, sobre todo para poder facer rutas, e faltaba un lugar onde poder durmir». Los primeros en conocer el albergue serán parte de los mecenas que apostaron por el proyecto. Recibirán recompensas en forma de fines de semanas con actividades como yoga o capoeira. «Queremos abrir para finais de abril», dice Pedro. Será un albergue con 26 camas, en habitaciones con literas y también alguna privada; dotado con servicio de comedor con una gran cocina industrial.
Saben de la valentía de emprender en estos tiempos, pero creen que la pandemia es incluso una oportunidad. «Nós xa apostabamos por conectar co campo, e cremos que a xente vai ter moitas ganas de monte e de escapar da rutina da cidade», razona Elba. Ellos están convencidos de su elección. Y están seguros de que, en breve, incluso crearán empleo. «En principio seremos nós os dous, pero en canto empecemos cos grupos e cos campamentos, pensamos que para a cociña imos ter que ter a alguén, porque nós encargarémonos das actividades, que é o que sabemos facer, para poder centrarnos e organizar todo», remarca Elba.
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