«Me llamo fútbol y soy bipolar»

EXTRA VOZ

Marcos Rodriguez

El clásico es, por mucho que se defienda lo contrario, un alto porcentaje de la Liga española. Sobre todo desde los últimos años, debido a la polarización de la competición tras una gestión desigual que fortalece solo a los dos grandes

22 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Serán las nueve de esta noche y el Camp Nou estallará con un estruendo pasional de los que existen pocos en España, incluida la no deportiva. Se podría decir que la presencia del enconado rival, el Real Madrid, suscita mayor  sobresalto en los culés que la magia de su Barça.

El himno azulgrana se mostraba visionario. «Tot el camp es un clam» («Todo el campo es un clamor»). Ahora, quien clama al cielo es todo el universo futbolístico. ¿Qué ha sucedido con la competitiva Liga española? Pues que ha sido devorada por estos dos gigantes.

Barcelona y Real Madrid se presentan a la cita en plena pugna por el liderato de la Primera División. Un solo punto, el que tienen los catalanes de ventaja, les separa. Los locales emprendieron el vuelo hace unas semanas. Los madridistas llegan de capa caída. Sin embargo, con una audiencia estimada de unos diez millones de espectadores en España y unos cuatrocientos en el resto del mundo (algunos datos son ciertamente optimistas), el puro hecho futbolístico se reduce a una mera anécdota. El acto económico e institucional pasa al primer plano. Es el otro fútbol y estas son algunas de sus claves.

El vigente campeón es el Atlético de Madrid, ahora cuarto clasificado y recién clasificado para los cuartos de final de la Champions League. Pero la perspectiva temporal es implacable. En los últimos treinta años, el Real Madrid y el Barcelona se han llevado veinticinco títulos. El porcentaje solo es comparable a lo sucedido en Egipto (con Al-Ahly y Zamalek como protagonistas) y Escocia, ejemplo universal de bipolaridad, con el Celtic y el Rangers repartiéndoselo todo.

Hablando en plata, salvo tropiezos circunstanciales, hoy tendrá lugar el mano a mano que decida el título.

La distancia con el tercero en discordia, el Valencia, es de siete puntos. Pero resulta impensable que pueda alcanzar el triunfo definitivo. Quizás el Real Madrid afloje. O quizás lo haga el Barcelona. Pero que lo hagan los dos al mismo tiempo es una excepcionalidad que completó su cupo la temporada pasada.

Cristiano y Messi 

Los paralelismos entre los dos clubes son asombrosos, y se han acentuado en los tiempos modernos. La irrupción de dos extraordinarios futbolistas como Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, y que cada uno haya decidido reinar con los colores de los dos referentes del fútbol español no ha hecho más que personalizar los polos opuestos que se atraen.

Si el Barça y el Madrid se reparten las últimas Ligas, Messi y Cristiano hacen lo propio con el Balón de Oro. Desde el 2008, Messi ha ganado cuatro y Cristiano, tres. Ambos se superan en su afán por dejar al otro atrás en las estadísticas históricas. Anímicamente, equilibran la balanza de los genios, uno en cada platillo. Al comienzo de temporada era Messi el decaído. Su entorno lo achacaba a la investigación por fraude que estaba llevando a cabo la Agencia Tributaria española sobre su persona y la de su padre.

Recuperado del susto, y del pulso con su entrenador Luis Enrique, el mal fario se cebó con Cristiano Ronaldo desde el Año Nuevo. Fue ganar el Mundial de clubes y entrar en barrena. La guinda, también valorada como tal por sus allegados, fue la ruptura de su relación sentimental con la modelo rusa Irina Shayk. Todavía no se ha recuperado de la pena en la que se ha sumido y el Real Madrid lo acusa sobremanera. Esta noche podría gozar de un punto de inflexión para la resurrección. Aunque eso suponga el hundimiento de Messi.

Cifras de trasatlántico

El Barcelona registra 155.400 socios y abonados. El Real Madrid, 93.300. Muy por encima del aforo de sus estadios, los más grandes de España. Los culés dispusieron de un presupuesto de 509 millones para esta temporada y los blancos lo establecieron en 520 millones de euros.

En los últimos seis años, ambos han acumulado el 58% del gasto total de los clubes españoles en fichajes. Los azulgrana han dilapidado 500 millones de euros y los merengues, 731 millones.

En el desigual reparto de los derechos televisivos, ambos se llevan 188,3 millones de euros, lo que contribuye a que sean los dos clubes de fútbol que registraron mayores ingresos a nivel mundial en el último ejercicio. El estudio Football Money League, elaborado por Deloitte, les atribuye unos ingresos de 519 millones (el Real Madrid ocupa la primera posición) y 482,6 millones de euros (el Barcelona le sigue en el ránking).

Los clubes más modestos de Primera se quejan de que en España no se siga el modelo inglés de reparto de ingresos por derechos de televisión, mucho más equitativo y vinculado a aspectos como el rendimiento deportivo.  

TRIBUNALES, DENOMINADOR COMÚN

El discurso que defendía la gestión modélica y del que presumían los dos gigantes del fútbol español se ha ido diluyendo con el paso del tiempo, en especial en los últimos años.

Dos son los asuntos espinosos que Real Madrid y Barcelona tendrán que lidiar en los tribunales debido a la negligencia de sus directivos. En el caso del Barcelona, el fraude fiscal cometido en el caso Neymar puede acarrear penas de cárcel para Josep María Bartomeu y Sandro Rosell. Al menos, esa es la petición del fiscal. Y en otros estamentos se ha mencionado la posibilidad de expulsar al Barcelona de la competición temporalmente (opción poco probable). El castigo sin poder fichar hasta enero del 2016 por irregularidades en la incorporación de menores completa un año aciago.

El Madrid ha visto en los últimos días cómo el Tribunal Superior de Justicia de Madrid tumbó el convenio que había firmado para la construcción del nuevo estadio Santiago Bernabéu.