





La Voz preguntó a sus lectores en la web cuál era, en su opinión, el pueblo más bonito de Galicia: ganaron Allariz, Redes y Betanzos, en una encuesta que se convirtió en una por piropear cada esquina del país
23 ago 2015 . Actualizado a las 18:58 h.
Si la naturaleza ha sido generosa con Galicia, algunos pueblos destacan especialmente por su belleza. los lectores de La Voz han tomado la palabra: Betanzos, Allariz y Redes son sus preferidos
Una elección complicada no solo por las cualidades de cada población, sino también por la variedad: enclaves costeros donde se pesca casi igual que hace siglos, antiguos burgos medievales, pueblos que han sabido mantener su atractivo y conservar sus tradiciones para actualizarlas en el siglo XXI y continuar siendo lugares ideales para vivir y visitar.
Es el caso de Betanzos, que mantiene el espíritu de ciudad, título que le concedió en 1465 Enrique IV: su abundancia en iglesias, fuentes, puentes y puertas de la antigua muralla contribuyen a la posición señorial que retiene. El paso del tiempo ha ido superponiendo diversas capas, desde los pazos aristocráticos a los balcones labriegos en los que se secaba el maíz, de los soportales que cobijaban a artesanos a las galerías burguesas del XIX, de las viñas que pueblan las laderas de sus ríos a los comercios singulares, como lo fueron las Galerías Núñez o continúa siéndolo la farmacia Couceiro, una saga boticaria que ya conoce nueve generaciones. Un lugar para vivir la historia.
María Sánchez es la actual propietaria de la farmacia Couceiro, en la medieval calle de los Prateiros, y representa la novena generación familiar al frente de un establecimiento que tiene sus orígenes a finales del siglo XVII (la primera mención escrita data de 1719, pero la farmacia ya llevaba tiempo abierta). Un ejemplo de cómo actualizar la tradición y llevarla al siglo XXI
La armonía de Redes
Un periodista definió una vez a Redes como «un pueblo de tres plazas y siete calles». Es pequeño pero con un encanto inmensurable. La línea de casas que dan al mar, con sus jardines y hórreos que separan el agua de los hogares, y las escaleras de las casas que permiten acceder a los barcos, hacen que componga un conjunto armonioso denominado por muchos como «el Combarro del norte». Ernesto López Naveiras, presidente de la Agrupación Instructiva de Caamouco, nos da las claves de este pueblo que desde los setenta se sitúa en los ránkings de los más bonitos de Galicia. «No es un lugar de tránsito, para llegar a Redes tienes que venir intencionadamente a él, ya que está al lado del mar y metido incluso en un hueco. Es un pueblo de marineros que conserva toda su estructura». En cuanto al aumento del turismo, Ernesto lo atribuye a que Padre Casares (la serie de voz Audiovisual) decidió grabar interiores en Redes, lo cual tuvo un gran impacto». Además, recuerda que Almodóvar vino a grabar planos para su película Silencio.
El Allariz de Carlos Blanco
Allariz es «un pueblo diez» para sus habitantes y numerosos lectores de La Voz. Para el actor Carlos Blanco, un enamorado de Allariz, el municipio ourensano «es un espacio donde pasear y pensar, recorriendo el río Arnoia mientras escuchas el sonido del agua; es comer y beber bien, visitando a los amigos y siendo feliz». El casco histórico aporta equilibrio gracias a su simplismo. Los outlets son la excusa perfecta para recorrer esta zona. A su encanto y buenos precios hay que unir las propuestas gastronómicas. Los fines de semana abre el Mercado da Reserva da BiosFera. En reñida pugna con Allariz, entre las preferencias de los lectores de La Voz también entró la opción de Combarro. El municipio pontevedrés, que ha tenido estos días como pregoneros de sus Festas do Mar a Xurxo Souto, es calificado así por el líder de Os Diplomáticos: «Lo mejor es la propia gente. Los chicos de Armadiña llevan años organizando un festival de rock en A Chousa que pone en valor a la gente de Combarro y la tradición del mar». Y apunta: «Cada uno de los habitantes tienen historias increíbles, está el ejemplo de Chilo, un joven que pesca por el mundo, y mientras te tomas un café con él, puede hablarte del puerto de Noruega o Madagascar».