El sueño de una vacuna definitiva parece que está más cerca. Un español dirige en el hospital monte sinaí uno de los dos equipos que, según ha publicado la revista «Nature», está acercándose al objetivo
30 ago 2015 . Actualizado a las 09:19 h.Al contrario de lo que sucede con las inoculaciones para otras enfermedades como el sarampión, la varicela o la difteria, que sirven para siempre con una, dos o tres dosis en la infancia o la adolescencia, la gripe obliga a renovar la vacuna cada año. Y eso le resta eficacia. Lo primero porque hace que menos personas se prevengan y, además, las razones que obligan a esa cita anual son las que, al mismo tiempo, la hacen menos efectiva. Por todo ello, conseguir una vacuna contra la gripe que sea universa y que por ello no obligue a inocularse cada temporada es uno de los sueños de la medicina. Y ese sueño está ahora mucho más cerca. Esta semana las dos principales revistas científicas, Nature y Science, publicaban dos artículos que explican dos investigaciones científicas sobre esa inyección universal.
El grupo que publicó el artículo en la revista Nature trabaja en el Centro Nacional de Vacunas estadounidense y el del artículo de Science es un equipo del Instituto Scripps de Estados Unidos y el laboratorio farmacéutico Johnson & Jonhson. Las dos investigaciones se han hecho de forma separada pero se basan en la misma idea y han conseguido resultados similares. Resultados positivos que hacen soñar ya con un fármaco que proteja para siempre contra el dichoso y cambiante virus de la gripe.
En Nueva York el equipo del español Adolfo García-Sastre, director del Instituto de Patógenos Emergentes del Hospital Monte Sinaí, también lo hace con esa misma proteína aunque con una estrategia distinta. En una conversación con La Voz de Galicia, García-Sastre explica la importancia de las publicaciones de esta semana: «Son sin duda un paso adelante hacia la vacuna universal».
Menos agresividad
La forma de actuación de la inyección sigue un principio muy simple: se introduce en el cuerpo una pequeña dosis del patógeno contra el que se lucha para que active el sistema inmunológico. Ese sistema es la forma que tienen nuestros organismos de detectar y combatir las invasiones de microbios que puedan hacerle daño. Por ejemplo, si se trata de combatir la gripe solo hay que meter en el cuerpo un virus de la gripe al que se le ha quitado algo de agresividad para que no provoque la enfermedad que queremos combatir.
Ese virus no es capaz de causar la gripe pero sí consigue que el sistema inmunológico se active contra él. A partir de ese momento, cada vez que un virus como él entre en nuestro cuerpo, el sistema inmunológico lo detecta y acaba con él.
Lo que pasa con la vacuna de la gripe y el virus que la causa es que se trata de un patógeno que cambia mucho de una temporada a otra, así que, las células de nuestro sistema inmunológico que la temporada pasada se activaron para combatirlo, ya no lo reconocen esta porque ha cambiado. Incluso dentro de la misma temporada puede ocurrir que la vacuna que nos pusimos al inicio del otoño pierda capacidad de reconocerlo pasados unos meses porque también haya cambiado mucho.
Encontrar la diana
Pero aunque el virus mute tanto sigue siendo el mismo virus así que lo que han hecho los investigadores de los dos estudios publicados esta semana es buscar algo en él que no cambie. Es decir, una diana que sea siempre reconocible por el sistema inmunológico. Y por lo que dicen los dos artículos publicados, la han encontrado. Se trata de una proteína que está en la superficie del virus. Y esa proteína es la que se ha usado para producir el nuevo medicamento. Por el momento, y eso es lo que anunciaban los dos textos científicos, se ha probado en animales y los resultados han sido muy buenos. La protección en ratones ha sido del cien por ciento. Y algo más baja en monos. Eso son muy buenas noticias pero ahora hay que probarla en personas. Primero para saber si en los humanos también funciona y, además, para estar seguros de que no tiene efectos secundarios. La estrategia de esos dos equipos para lograr una vacuna ha sido similar aunque han trabajado de forma separada. Pero además no son los únicos grupos del mundo que buscan una vacuna universal para la gripe, incluso no son los únicos que trabajan con esa misma proteína.
El equipo de Adolfo García Sastre, en el Hospital Monte Sinaí, tiene muy avanzado el trabajo: «Esperamos comenzar a probar la toxicidad de nuestra vacuna y su respuesta inmunológica en humanos aproximadamente en un año», asegura. Ese es un proceso largo, como todo el de conseguir un nuevo medicamento efectivo, por eso los investigadores tienen todavía por delante unos años para realizar los estudios que faltan.