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De Badoo a Meetic: guía del ligoteo virtual

EXTRA VOZ

Lucía Martín se sumergió durante unos meses en las turbias aguas de las citas on line para escribir sobre una realidad en la que participan miles de gallegos. La conclusión: las apps para ligar están bien si lo que quieres es pasar un buen rato.

25 oct 2015 . Actualizado a las 18:27 h.

El escándalo de Ashley Madison, la página para encuentros entre casados infieles que sufrió un ataque de hackers a finales de verano, ha puesto en cuestión las nuevas modalidades para ligar on line: las webs de citas y las aplicaciones de dating. Se trata de un laberinto complejo al que es difícil aproximarse sin contar con un  guía. Lucía Martín ha explorado este universo durante seis meses y expone sus hallazgos en su libro, Hola, ¿sexo? Anatomía de las citas online. En él analiza cómo ha cambiado el ligue con la aparición de Internet «primero con webs de citas desde el ordenador y después con apps ya desde el móvil» y cómo el negocio ha evolucionado en España y en el mundo para adaptarse a los cambios tecnológicos y de los usuarios.

-¿Es realmente posible encontrar pareja con estas aplicaciones?

-No recomendaría entrar en estas webs y apps de dating si tu objetivo es encontrar pareja. No digo que no puedan surgir parejas de las redes de ligoteo, pero hasta que surge, das con demasiada morralla. Es verdad que las hay más serias, ?por ejemplo edarling tiene reputación de ser menos de ligar y más de emparejarse? pero las parejas, en mi opinión, se encuentran más fácilmente en el trabajo, en los bares, en el parque corriendo...

-¿Alguna aplicación de la que debamos huir?

-Una de las peores es Badoo: es la más soez y vulgar que he encontrado. Y no lo es la app en si, lo son sus usuarios. Lo mismo sucede con Pof.

-¿Qué tipo de usuario nos vamos a encontrar?

-En Meetic y Match hay más gente mayor que la que puede haber en Tinder, por ejemplo, y de todos los estratos sociales. En Badoo hay más usuarios de clase social baja. En Tinder hay realmente de todo, pero abunda la gente con estudios universitarios, varios idiomas, que ha vivido en varios países, muchos extranjeros... Y del estado civil, mejor no fiarse de lo que el usuario te dice porque como demuestran varios estudios, un gran porcentaje de la gente que está en estas redes está casado o comprometido.

-¿Es peligroso?

-Yo tuve que bloquear a unas cuantas personas cuando ya habíamos intercambiado el teléfono, porque no dejaban de mandarme mil mensajes. Los bloqueé porque no sabían parar, aunque se lo pidieses, pero no por tener sensación de peligro. En ningún café con usuarios sentí malestar o sensación de peligro alguna, aunque conviene siempre quedar en lugares públicos. En una ocasión alguno me insultó, simplemente habiendo empezado una conversación.

-Le habrán pasado cosas curiosas...

-Anécdotas tengo un motón: un italiano llevaba escribiéndome varios días, quedé con el para tomar algo y después de dos horas de conversación me contó que estaba casado y que está en las redes por jugar, pero que si surge algo, pues surge. Otro que en la primera cita (y única) me contó la relación que tuvo con otra usuaria de Tinder unas semanas atrás... Y también el que chateando me soltó que no buscaba sexo, sino pareja para practicar un tipo de yoga cuyo nombre no recuerdo. También recuerdo bien a un publicista de cuarenta y tantos con el que mantuve conversaciones. A los dos días de empezar a hablar (habríamos intercambiado 6 mensajes) me dice: «ayer fue mi cumple. Me regalé una de mis fantasías, un trío». Me quedé a cuadros y le dije que por qué me contaba eso, que si le funcionaba como estrategia de ligue y que lo sentía pero que conmigo, para ligar, hay que ser más elegante. Me respondió reconociendo que era un «bocachanclas» pero que no tenía por qué ser elegante,

-¿Cómo se comportan los hombres y las mujeres?

-En general se repiten los roles tradicionales de conducta: la mujer busca una relación, el hombre es un depredador sexual. Y sí, los hay que mienten, pero bueno, cuando uno liga en un bar tampoco es que se dedique a contar todas las verdades...

-¿Cuáles son los puntos básicos para triunfar en este tipo de aplicaciones ?

 -En los perfiles recomiendo ser lo más sincero posible. La fotografía, (mejor si son varias), debe responder a la realidad y ser relativamente elegante (nada de sujetadores ni de torsos desnudos). El nickname o apodo que no sea grosero, que los hay. Cuando empecemos a chatear debemos comportarnos como lo haríamos en un bar. Que la mediación se haga a través de una pantalla no significa barra libre de vulgaridades. A mí por ejemplo me gustan que me digan «hola» y «adiós» y que si vas a cortar la comunicación porque no puedes seguir hablando, que lo digas. Me parece un detalle (mucha gente no lo hace). De todas formas, si el objetivo es tener sexo rápido, es fácil de conseguir ya que es un supermercado abierto 24 horas al día con gente siempre dispuesta.

- ¿Es difícil pasar del flirteo on line a la cita cara a cara?

-No, la mayor parte de la gente prefiere quedar rápidamente, aunque encontrarás a otros que nunca pueden, o te dan largas, lo cual puede indicar dos cosas: o está comprometido o es de esas personas que son incapaces ya de tener encuentros que no sean a través de una pantalla, que también los hay.

-Si ya hemos logrado una cita, ¿qué esperar de ese primer encuentro?

-Nunca hay que ir al último estreno con demasiadas expectativas. Mejor no esperar nada. Queda cuanto antes mejor porque tendrás más información del otro en una hora frente a una cerveza que en una semana de mensajes. Y ve sin objetivo alguno, a pasar un rato divertido y conocer a otra persona. Después, ya se verá.

-¿Estas aplicaciones han acabado con el amor romántico?

-Es todo más grosero y directo, más frívolo, más superficial, no hay seducción, no hay juego, no hay intriga... En efecto, todo esto ha desaparecido aunque hay gente, mucha, que no quiere usar las webs o que no van con ellos y prefiere seguir ligando en la calle. Con lo cual, el romanticismo seguirá existiendo, pero no con la incidencia que tenía en la época de Sentido y Sensibilidad.

-¿Cuáles son las ventajas?

-Puedes ligar cómodamente desde el sillón de tu casa, sin necesidad de salir a la calle, sin necesidad de acicalarte. Fuera timideces, aquí puedes decir lo que quieras; puedes conocer a mucha más gente que la que podrías conocer si no tuvieras la herramienta. Y de cara a la sexualidad, mucha gente puede explorar y crecer en este terreno. En un bar, si tu tienes 20 años y te gustan las mujeres de 50, a lo mejor no te atreves porque temes entre otras cosas las críticas de tus amigos. En estas webs y apps no hay límites, si quieres sexo con personas de otras generaciones, es posible y nadie te criticará por ello. Es un ejemplo.

-Cuando te has cansado ¿es difícil borrarse?

-Bueno, digamos que funcionan como cuando te quieres cambiar de compañía de teléfono. Es muy fácil darse de alta pero luego tienes que ir borrando tus datos de la propia app o web, de facebook si entras a través de ese perfil (como sucede en Tinder o en otras, por ejemplo).

-¿Por qué se acude a estas aplicaciones?

-Son una herramienta más para conocer gente, eso es innegable. Cada vez tenemos menos tiempo libre, lo queremos todo antes, con lo cual esto lo facilita.  La gente está y se siente muy sola, hay muchos usuarios que entran cuando están pasando un duelo porque se hayan divorciado o separado, como si entrar en estas plataformas les fuese a venir bien. Creo que vivimos en la ilusión de estar muy acompañados porque estamos interconectados, pero en realidad, la gente se siente muy sola.

-¿... Y al final se casan?

-Algunos sí. Estaría bien un estudio sobre cuántas parejas formadas en estas plataformas duran más de un plazo de tiempo. Si te metes en estas webs o apps que sea porque buscas divertirte, no te hagas excesivas ilusiones. Y protégete: la gente cuenta mil cosas que no debiera en redes sociales y al final, no sabes con quién estás hablando. Queda en sitios públicos, no des demasiados datos privados y ¡suerte!