«E ti ris, furabolos?»

EXTRA VOZ

MONICA IRAGO

Las reposiciones de las otras historias galácticas nos devuelven a la memoria, entre  otras cosas, aquellos  inolvidables doblajes  que  TVG hizo de Lucas Films

10 ene 2016 . Actualizado a las 10:23 h.

El aspecto bonachón de Tacho González (Sindo en la serie Padre Casares) poco tiene que ver con la imagen siniestra de Darth Vader en la primera trilogía de Star Wars. Sin embargo, su voz suena totalmente creíble cuando la escuchamos en boca del malvado caballero del Lado Oscuro, distinta a la que inmortalizó Constantino Romero en la versión en castellano, pero muy convincente también. El propio Tacho (Vilagarcía, 1961) cuenta que, en un viaje a Estados Unidos, les reveló a un grupo de cineastas americanos que doblaba al tirano de la Guerra de las Galaxias y que estos le aseguraron que su voz se parecía mucho a la del original en inglés. Y apunta que el único retoque que hicieron a su trabajo fue el de introducir el sonido de la respiración y ese eco metálico de quien habla desde detrás de una máscara. «En ese sentido, nuestro trabajo de doblaje fue más sencillo que en la española, porque se hizo años después y había más medios técnicos», apunta Tacho González, quien parece que en cualquier momento podría soltar aquello de «eu son o teu pai» y deslizar un escalofrío por la espina dorsal de su interlocutor. Pero en lugar de eso, su voz adopta un tono retranqueiro para recordar como al fallecido actor Tuto Vázquez, que siempre lamentaba que le daban papeles de doblaje de personajes ancianos,  le adjudicaron en Star Wars el papel de un guerrero con cara de pez. «Tocoume facer de ollomol», iba lamentando por las esquinas, según recuerda, entre risas, el grandullón Tacho González.

El repaso a su trabajo en la saga galáctica también provoca alguna que otra carcajada nostálgica en Luis Iglesia (Han Solo), quien advierte que es el único que ha puesto la voz en gallego a las películas de Harrison Ford. «De feito, ofrecéranme dobrar outro papel en Blader Runner, e perdín cartos por facer o de Ford, que tiña moito menos diálogo», recuerda el actor, cuyo rostro, además de su voz, es muy conocido en Galicia, sobre todo por su papel de Carmelo en la serie Matalobos, de Voz Audiovisual. De esa voz de Luis Iglesia (Riotorto, 1962) salieron expresiones que ya forman parte de la cultura cinematográfica en Galicia y que incluso tienen páginas con cientos de seguidores en Facebook. Sus rifirrafes con Chewbakka («E ti ris, furabolos») o con la princesa Leia («Ti non atura-la idea de perder a alguén tan marabilloso coman min») y las perlas con las que esta le respondía, en la voz de la actriz Nora Abad  («miolos de láser», «farfallán, cara de piollento») están a la altura del ya mítico «Estabas bébeda, non é así, Sue Ellen?» -que inauguró toda una época- y del «que tal, nachos», de Magnum, cuando el detective privado hawaiano hablaba como un chaval del barrio de Canido.

Un laboratorio

Luis Iglesia recuerda que  estos doblajes se hicieron en una época en la que no había muchos referentes previos y el trabajo resultaba más complicado que en la actualidad. El doblaje no se trata solo de poner en la boca de otro un discurso en un idioma diferente, con sus tónicas y énfasis,  inflexiones,  acentos, timbre y hasta el volumen: hace falta captar los sentidos profundos de la conversación, más allá del significado literal. Y luego está la adaptación, que persigue entre otras tareas la de conseguir que las  diferencias culturales entre el contexto en el que se desarrolla la película y el del idioma al que se dobla no provoquen un continuo chirrido.   Y más que un chirrido sonó el día en que pudimos escuchar aquello de «escomezamos a mañá cunha tonada de Ana Kiro» en el locutor radiofónico de una película de Charlie Sheen o eso de «fillo de porco, marrán seguro (de tal palo tal astilla) en otra de Sean Penn.  «Ao principio, semella que ao falar en galego os actores tiñan que parecerse a Xan das Bolas, isto foise corrixindo co tempo e a experiencia», explica Luis Iglesia. Los dobladores tienen al frente a un director, que en el caso de Star Wars en gallego fue Antón López Rodríguez, mais coñecido no mundo artístico como Ja. «Hai que ter en conta que o galego viña de ser durante moito tempo un idioma de mariñeiros e labregos, neste sentido a dobraxe fixo moito polo idioma nestes anos, porque foi o laboratorio no que se adaptou a lingua á nova realidade: hoxe en día a ninguén lle parece estraño que un presidente de Estados Unidos ou un científico nuclear falen en galego nunha película, o que nos comezos soaba como algo artificial». En este sentido, Luis Iglesia cuenta que, hace ya bastantes años, se detuvo en una gasolinera cerca de Muimenta, en la provincia de Lugo, y el empleado le preguntó: «A gasolina como a quere, con chumbo o sen chumbo?». «Enton pensei: algo debimos estar facendo ben cando a palabra chumbo xa forma parte do idioma común, o mesmo que expresións como tempo de lecer ou adestrador, no mundo do deporte». Ya habían pasado los tiempos en que los doblajes al libre albedrío permitían que un vaquero entrase en el saloon y pidiese «un viño». A este respecto,  Luis Iglesia rubrica sus recuerdos con otra anécdota: «Meu pai sempre dicía que iso de que os vaqueiros falasen en galego era un pouco raro, pero anos máis tarde vino atento a un capítulo de Walter Texas Ranger, no que eu poñía a voz, e aínda me discutía que ese non era un vaqueiro, e que por iso non lle estrañaba tanto».