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¿Qué sabes de tu metabolismo?

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Tenerlo rápido o lento depende de numerosos factores, como la edad, el tamaño, los genes... El gasto energético de los hombres es más elevado que el de las mujeres. De ahí, la habitual mayor tendencia de las féminas a ganar peso, barrigas cerveceras aparte. Por eso nos cuesta tanto adelgazar.

19 jun 2017 . Actualizado a las 09:03 h.

Hay personas delgadas que llevan toda la vida intentando convencer a las más gruesas de que, en realidad, «comen como limas» pero que, sin embargo, deben su envidiada figura a un metabolismo acelerado. «Entre volver a nacer con un nuevo metabolismo y la gloria literaria, escogería lo primero», soltó en una entrevista en televisión la novelista Almudena Grandes. Tener un cuerpo ágil a la hora de deglutir es casi como si te tocara la lotería. ¿Hay algo de cierto en todo ello? ¿Es verdad que se puede tener un metabolismo lento o rápido? Sí, afirma Fernando Cordido, catedrático de Endocrinología y Nutrición de la Universidade da Coruña y del Hospital Universitario A Coruña. El metabolismo es el conjunto de reacciones químicas que tienen lugar en nuestro organismo, así como el consumo energético que todas esas acciones suponen. Hay tres tipos: el metabolismo basal, que es el gasto energético de nuestro organismo cuando está en reposo; la acción dinámica específica de los alimentos, que es el consumo de energía que conlleva su procesado; y el gasto metabólico que acarrea la actividad fisica. El primero de ellos, el gasto metabólico nasal, sí es diferente en cada persona y depende de numerosos condicionantes. Un niño, por ejemplo, tiene un consumo metabólico adicional muy grande, que es el que conlleva su proceso de crecimiento. En los adultos, el gasto metabólico depende del tamaño del organismo humano, del sexo, de la edad... Una persona muy grande tiene mayor gasto metabólico que otra de menor tamaño y [atención, malas noticias, chicas] el consumo energético de los hombres es mayor que el de las mujeres. ¿Por eso nosotras tenemos una mayor tendencia a engordar? «Efectivamente, así es», responde el especialista.

 ¿Cómo influye la edad? Los niños tienen un mayor gasto metabólico porque «gastan para crecer y, en cambio, con el envejecimiento el gasto metabólico disminuye». Este es el caso tan común del octogenario que solo precisa ingerir pequeñas cantidades de alimento a diario sin que ello varíe un ápice su condición física.

Genotipo ahorrador

Aunque son menos conocidos, existen una serie de componentes genéticos que también influyen en el metabolismo y que podrían explicar, en parte, la obesidad. Es lo que se ha bautizado como el genotipo ahorrador, según el cual hay personas que ingieren poca cantidad de energía, pero su organismo está programado para ahorrarla por si vienen períodos de hambruna. «Genéticamente están adaptados para que su organismo ahorre», explica el doctor Cordido.

«Tener un cuerpo ágil para deglutir es como si te tocara la lotería, pero el metabolismo se puede acelerar con el deporte»

¿Un metabolismo lento se puede acelerar? «No. Punto». Categórico, Fernando Cordido aclara que nuestro metabolismo está condicionado por nuestras características físicas y por nuestra herencia genética, pero es difícilmente modificable. Lo que hay que cambiar son los hábitos de vida, porque, además, alguno de ellos sí podría influir en tu porcentaje de consumo energético diario. Ponerte a hacer ejercicio, globalmente, no te cambiará tu gasto metabólico, pero si tus músculos aumentan, conseguirás acelerar la actividad metabólica de tu cuerpo. Así lo explica el endocrino del Chuac: «El metabolismo guarda mucha relación con la masa muscular. A mayor masa muscular, mayor metabolismo».

Las patologías más características que pueden alterar nuestro metabolismo son las relacionadas con la glándula tiroidea, cuya principal función es, precisamente, regular nuestro consumo energético diario: las más habituales son el hipotiroidismo y el hipertiroidismo, más comunes en las mujeres y, a menudo, infradiagnosticadas. En el hipotiroidismo se produce poca hormona tiroidea y disminuye o se ralentiza el metabolismo y, en el hipertiroidismo, aumenta. Por eso los primeros tienen mayor tendencia a ganar peso y los hipertiroideos adelgazan con más facilidad.