Son los paseos por el monte de toda la vida, pero muchos urbanitas los están descubriendo de la mano de una tendencia nipona, la Shinrin-Yoku, creada para vencer al estrés y recomendada por Elsa Punset, que ahora se enseña en el concello ourensano de Riós. Los psiquiatras gallegos confirman los beneficios de la terapia más económica y sencilla.
21 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Joaquín Matos llegó desde Cuba al concello ourensano de Riós y se quedó prendado del aire, «el de mejor calidad de Europa», en parte porque le daba la oportunidad de desarrollar todo lo que había leído sobre el Shinrin-Yoku, los baños de bosque que los japoneses inventaron en los años ochenta y están tan de moda que hasta aseguradoras como DKV los tienen en sus planes de salud. «Ya forman parte de la medicina tradicional preventiva del sistema nacional de salud nipón al demostrarse que dos o más horas de paseo por la floresta, realizando ejercicios de respiración o meditación pueden reducir los niveles de glucosa en sangre, la presión arterial y los niveles de cortisol en saliva, un biomarcador del estrés», cuenta un ingeniero de Caminos que organiza salidas por los montes de los alrededores. «Hemos perdido el contacto con el bosque y por ese camino nos alejamos de los beneficios que nos reporta, que no son algo misterioso, sino que están probados, porque los árboles nos aportan sustancias fitoncidas, que refuerzan el sistema inmunitario», explica un terapeuta autodidacta con el que se puede conectar a través de su Facebook, Forest Bath.
Las actividades que organiza Joaquín desde el año 2014 no prometen demasiados misterios, se trata de paseos con pequeñas meditaciones o actividades al aire libre y sin móvil. «Cada persona tiene que saber cómo estar en el bosque, cuál es la manera que se encuentra bien -relata-. Hace poco vino un chico que me dijo que le gustaba estar haciendo malabares, otro me dijo que le parecía una tontería y yo le repliqué que le hacían falta más baños de bosque, porque aún no había aprendido a conectar con la naturaleza». Por supuesto, Joaquín recuerda que cualquier persona puede organizarse su propio baño saliendo por el camino verde que tenga más a mano. De hecho, esta es una de las propuestas que la divulgadora Elsa Punset realiza en su último libro, Felices, donde asegura que es una de las técnicas que más se usa en el norte de Europa. Desde el punto de vista médico el jefe de psiquiatría del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol confirma que está comprobado médicamente que dos horas de paseo en una zona verde «reducen la presión arterial, la ansiedad, mejoran los trastornos del sueño y muchos aspectos de la depresión». Y es la terapia más sencilla y barata.
FITONCIDA, LA SUSTANCIA QUE CALMA DEL ÁRBOL
Los creadores de los baños de bosque aseguran que las sustancias fitoncidas actúan directamente sobre el organismo. La moda llega a Europa, donde psiquiatras como Antonio Núñez aseguran que está comprobado que pasear por un bosque y realizar ejercicios de respiración mejora la depresión, la ansiedad y los trastornos del sueño.