El sistema español de recogida diaria de los residuos domésticos, habitual en las zonas urbanas, es un modelo muy alejado de los sistemas de gestión más eficaces, como el de Alemania o Bélgica, donde la basura se deposita una o dos veces por semana
31 mar 2018 . Actualizado a las 12:35 h.Tener todos los contenedores a la puerta de casa y ver el camión de la basura pasando a diario es para muchos consumidores el escenario ideal para reciclar. La falta de espacio en casa para separar los residuos, la distancia existente hasta el contenedor de papel, de envases o de vidrio o simplemente la pereza son algunas de las razones más esgrimidas en los hogares que no clasifican la basura para su tratamiento. En Galicia, lo habitual es que la recogida se haga a diario en las zonas urbanas y con menor periodicidad (en función de las rutas y la dispersión de la población) en las zonas rurales. La mayor frecuencia con que se recoge la basura no es, sin embargo, sinónimo de mejor gestión de los residuos ni de mayores índices de reciclaje. Basta con echar un vistazo a los modelos que se aplican en otros países europeos para darse cuenta de que, en ocasiones, los sistemas más exigentes son aquellos donde la periodicidad de recogida es menor que en España y la responsabilidad del consumidor es muy alta, hasta el punto de imponer sanciones a quien deposite un determinado residuo en una bolsa inadecuada.
En la UE la media de reciclaje de los desechos urbanos se sitúa en el 45 % y el objetivo es elevarla hasta el 55 % en el 2025 y hasta el 65 % en el 2035, unos porcentajes que algunos países ya cumplen en la actualidad y que España está lejos de alcanzar: según los datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat), el índice español se sitúa en torno al 30 % desde hace una década. Estas son algunas experiencias europeas:
Reino Unido
La gestión varía según las áreas, pero lo habitual es que la basura se recoja una vez a la semana en zonas urbanas. En ocasiones, se fija otro día para la recogida de otros residuos, como los de jardín. En el año 1995 Reino Unido enviaba al vertedero el 83 % de sus residuos urbanos, una cifra que se redujo hasta el 35 % ocho años después. La tasa de reciclaje se situaba en el 43,6 % en el año 2016, periodo al que se refiere el último informe de Eurostat sobre gestión municipal, publicado en diciembre del año pasado.
Alemania
El alemán es el modelo más exitoso de la Unión Europea y su tasa de reciclaje supera ya el objetivo de la UE para el 2035: se reciclan el 66,1 % de los residuos, según Eurostat. ¿Cómo lo logran? Desde los años 70 existe una ley de separación obligatoria de basuras en el país tanto para particulares como para empresas. En el día a día, cada inquilino, si se trata de una vivienda independiente, o cada portero, en el caso de una comunidad de vecinos, se responsabiliza de mantener la basura en un lugar alejado de la vía pública hasta el momento de la recogida, cuando debe sacarla al punto establecido para cada edificio. La recogida de basuras se produce en fechas concretas y normalmente una vez a la semana o cada quince días. La tasa de basura varía según la periodicidad de la recogida. La clasificación incluye una división más que en España, la del vidrio: azul para papel y cartón, verde para orgánico, amarillo para envases, marrón para vidrio, que a su vez se divide en blanco o tintado, y negro para resto de inorgánico.
Bélgica
Muy cerca de cumplir el objetivo de reciclaje fijado para el 2025 (su tasa es del 53,5 %), Bélgica es también muy exigente con sus ciudadanos a la hora de gestionar sus residuos si se compara con el sistema español. En el hogar la basura debe clasificarse en bolsas de distintos colores, homologadas: blanca para inorgánico, azul para envases de plástico, naranja para orgánicos, verde para los restos de jardín y amarilla para papel y cartón. El vidrio se deposita en contenedores diferenciados: blanco y de color. La basura blanca se recoge dos veces por semana y el resto, una. La periodicidad fuera de las ciudades puede ser menor. El consumidor que no cumple con los horarios o no deposita los residuos adecuados en cada bolsa se expone a multas: la primera de 80 euros; la segunda, en torno a los 120. La inspección la puede hacer el propio servicio de basura, pero también recoge denuncias hechas por ciudadanos contra quien deposita residuos cuando no toca.
Italia
En la actualidad, la situación de la recogida de residuos en la capital del país tiene graves problemas, pero, aun así, la tasa de reciclaje italiana está ligeramente por encima de la media europea (45,1 %). En teoría Roma dispone de un sistema de recogida selectiva y trata de aplicar el modelo de recogida casa a casa. En la práctica, sin embargo, las recogidas se hacen de forma irregular, lo que motiva la acumulación de mucha basura en las calles.
Grecia
En el extremo opuesto de Alemania, con una de las peores cifras de reciclaje de Europa (solo el 17 % de la basura se recicla), se sitúa Grecia, donde el tratamiento de las basuras es una grave asignatura pendiente, que se suma a la de la limpieza de las calles, agravada por la crisis económica. ¿Cada cuánto pasa el camión de la basura en Atenas, por ejemplo? A diario, como en España. La basura se deposita en grandes contenedores de hierro que suelen estar repletos y se recoge todas las noches. En el año 2012, en plena crisis, más del 80 % de los residuos acabaron en el vertedero.
Información elaborada con aportaciones de Cristina Porteiro, Patricia Baelo, Rita Álvarez Tudela, Leticia Álvarez y María Signo
La innovación aplicada a la recogida de basura
Ecoembes, la organización que se dedica a la recuperación de envases en España, ha puesto en marcha un laboratorio para aplicar la innovación a la recogida y tratamiento de los envases. The Circular Lab, como se denomina el proyecto, tiene entre sus líneas de trabajo la aplicación de la tecnología a la recogida, selección y reciclado de los envases y, entre otros aspectos, pretende desarrollar una plataforma integral en la cadena de gestión de los residuos que permita coordinar contenedores inteligentes, localizados y conectados; camiones que estén conectados por GPS y aporten datos sobre el peso y las rutas; gestionar las rutas en tiempo real; y utilizar vehículos híbridos o eléctricos que reduzcan las emisiones y sean más respetuosos con el medio ambiente, entre otros aspectos.