
Campelo, Valdoviño. Cinco de la tarde, ayer. Una bruma espesa y húmeda avanza tierra adentro. Baten las olas contra el cantil. Apesta a gasolinera de autopista. El mar trae entre aguas y también sobre su superficie nuevas manchas de fuel; las escupe nada más rozarse con la orilla. Un padre coge de la mano a su hijo, un enano, lo mira fijamente y le pregunta: «¿Y ahora a qué playa vas a ir?».