Crónica | La historia de un astillero familiar de Narón José Naya es un ex empleado de Fenosa que fundó una pequeña empresa en la que construye barcos diseñados por él mismo prácticamente a medida que vencen en muchas competiciones
14 jun 2004 . Actualizado a las 07:00 h.José Naya se decidió a hacer algo con lo que muchos sólo se atreven a soñar: dio un cambio radical a su vida. Este ferrolano de San Felipe era un empleado de Fenosa, pero un buen día dejó su puesto y fundó una pequeña empresa familiar, un astillero. Lo de familiar es literal, porque en las instalalaciones (empezaron en As Lagoas, ahora ocupan una nave de Río do Pozo) apenas trabajan por temporadas un par de empleados; el grueso de la plantilla está formado por el propio Naya, sus hijos e incluso a veces su esposa. La idea del astillero surgió porque el padre de familia, gran aficionado al buceo, decidió construirse un velero que le permitiera explorar otros fondos marinos, después de conocer casi de memoria los de Ferrolterra. Fue entonces cuando descubrió su habilidad para crear barcos ligeros a precios muy asequibles. Hoy, de la nave de Río do Pozo salen veleros -ayer mismo se botó uno en el muelle de Sada- cuyos propietarios participan en importantes regatas en toda Galicia e incluso en otros puntos de España. Y con frencuencia consiguen clasificarse en los primeros puestos. José Naya es quien cuenta, orgulloso, el resultado que han dado los barcos que él ha construido. Explica también que en su pequeña empresa se trabaja casi a medida -el cliente escoge el tipo de timón o de mástil, los materiales de los revestimientos interiores...- y a precios que le permiten competir con las grandes casas francesas que lideran el mercado. Asegura que es capaz de fabricar un barco (de cinco, siete o diez metros de eslora) por la mitad de precio que los galos.