TARACERO
19 abr 2007 . Actualizado a las 07:00 h.José Manuel Rodríguez López, 51 años y originario del barrio de Canido el gusto por la taracea le surgió en 1971. Cuando estudiaba la especialidad de ebanistería en formación profesional y le encargaron un mueble con la ornamentación de una rosa de los vientos incrustada en madera, descubrió que esa era su vocación. Porque la taracea es eso: con pequeñas piezas de madera formar una figura decorativa, un cuadro, un adorno, utilizando los propios colores de la materia prima. Hablamos en su taller, Tarsia, en María 21, todavía con parte de la obra que realizó para la reciente Semana Santa expuesta: un Cristo y otras piezas con la iconografía religiosa ferrolana tradicional. -Para mí es ambas cosas. Yo trabajo ochenta maderas diferentes. A pesar de que hace más de tres mil años que surgió en Oriente, donde se utilizaba también marfil, nácar y oro, sigue siendo una técnica muy desconocida para mucha gente aquí en España. A mí me ocurre que llega un cliente y te dice qué bien pinta usted, porque se cree que es pintura y no una obra fabricada con pequeñas piezas incrustadas. Hago obras únicas, nunca trabajo en serie sino en serio. -Eso también supone un obstáculo para su trabajo... -Claro, no se valora. He llegado a utilizar 160.000 piezas para reproducir el cuadro de Murillo La niña florista , que acabo de vender en seis mil euros pero cualquiera puede imaginarse el trabajo que hay detrás de esa obra. Desde luego hay que tener mucha vocación y gustarte para continuar en esto a pesar de las dificultades -Veo que hace también retratos. -Sí. De los ochenta taraceros que somos en España sólo tres trabajamos el retrato. Le hice uno a Cantinflas que estuvo en mi exposición en México y se lo entregué. También expuse en Francia y Japón. -¿Qué significa Tarsia, el nombre que le puso a su tienda-taller? -Significa taracea en italiano porque allí sí que se valora y conoce esta técnica. En la ciudad de Sorrento, en el sur, hay barrios enteros de talleres de taraceros.