Rajoy apoyaría al BNG para resucitar el astillero de Fene

Xosé Vázquez Gago
Xosé V. Gago FERROL

FERROL

JOSÉ PARDO

Dice que colaborará con la Consellería de Industria si gobierna El líder del PP insta al Ejecutivo para que negocie el fin de los vetos de la UE

08 may 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

«Como presidente del Gobierno colaboraría con cualquier institución pública, sin importar el color político, y sería tremendo que no lo hiciese». Así respondió Mariano Rajoy, líder nacional del Partido Popular, a la pregunta de si colaboraría con la Consellería de Industria, gestionada por el BNG, para que una empresa privada resucitase la construcción civil naval en la antigua Astano. Lógicamente, los problemas de los astilleros ocuparon buena parte de la agenda de la visita de Rajoy a la ciudad. El candidato a la presidencia del Gobierno instó al Ejecutivo de Zapatero a renegociar los vetos de la UE contra el astillero de Fene, se comprometió a que volvería a la construcción naval civil y recordó, en una reunión con empresarios del sector; que el PP «ni privatizó ni cerró» astilleros durante sus años de gobierno. Tras mostrar su apoyo a Juan Juncal, de quien halago su «buena gestión» y el hecho de haberla conseguido con las dificultades de un gobierno de coalición, el presidente de los populares no se anduvo por las ramas y descargó toda la artillería contra Zapatero, a quien atacó por dos frentes: las últimas revelaciones del ex presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y la polémica acerca de las listas electorales de la formación ANV. En esos instantes se vio al Rajoy más duro. Pero no duró mucho, pues los ataques a ZP fueron fulgurantes. Intensos, pero cortos. Poco más tarde, el líder de los populares mostró su otra cara. Durante su paseo por la calle Real estuvo simpático con los simpatizantes, y alguno no tan simpatizante, con los que se encontró. El paseo del líder popular, acompañado de la plana mayor del partido en la ciudad, se convirtió en una especie de desfile, ya que muchos vecinos le siguieron durante el trayecto. El paseo, tras mucho beso y tríptico repartido, terminó en el restaurante Nautic, donde Rajoy se tomó un respiro antes de salir para un mitin en A Coruña.