La instalación del saneamiento en Narón causa retenciones entre San Mateo y O Val en la vía a Valdoviño
31 jul 2007 . Actualizado a las 02:00 h.ferrol | La Policía Local cifra en «unos 30 ó 45 minutos» el tiempo que los veraneantes se dejan en la cuesta de Valón para llegar a Doniños y a otras playas ferrolanas. La citada carretera nunca ha sido una autopista, y menos aún la peligrosa travesía que la corona y en la que casi nadie respeta la velocidad máxima indicada de 40 kilómetros por hora. A no ser, claro está, que se encuentren con uno de los habituales atascos veraniegos en la zona.
Pero el tráfico es ahora en Valón mucho peor que de costumbre. Las necesarias obras de mejora de travesías financiadas por la Diputación provincial se desarrollan a toda máquina, lo que contribuye a limitar la velocidad de la circulación.
En numerosos puntos de la calzada uno de los dos carriles está ocupado por la maquinaria de las obras, lo que obliga a alternar el tráfico en ambos sentidos. En otros puntos, los arcenes están levantados y hay grandes baches que nacen en el borde del asfalto y llegan a la mitad del carril, lo que obliga a los conductores, al menos a los responsables, a circular más despacio.
Entre el centro de Ferrol y Doniños hay poco menos de once kilómetros. Todas las dificultades antes citadas, a las que hay que sumar el incesante paso de camiones al puerto exterior, contribuyen a que el trayecto se alargue hasta los tres cuartos de hora. Pero no son la causa única, también ayudan los accesos a la misma playa. La carretera más al sur, la AC-3608, que llega al arenal dejando la laguna a la derecha, es lenta por atravesar varios núcleos poblados en los que apenas caben dos coches al mismo tiempo. También es relativamente fácil perderse para los turistas.
Otra posibilidad es la AC-3607, que circula por la otra orilla de la laguna de Doniños. Es la solución preferida por la mayoría, ya que conecta directamente con la zona de aparcamiento de la playa. Tiene, sin embargo, el mismo problema que la antes citada, el tramo hasta la zona de aparcamientos es muy estrecho, tanto que es preciso parar el coche en ocasiones para dejar pasar a los turismos que llegan en dirección contraria, problema que se multiplica en caso de llevar una furgoneta, autocaravana o similar.
La tercera opción es dar la vuelta por Covas, por la AC-3603. Es más distancia a recorrer hasta la playa, pero la carretera es bastante mejor en toda su longitud y los atascos son algo menores. Los turistas juegan en desventaja ya que, a no ser que sean veteranos, suelen desconocer ese camino.
Por último está la posibilidad de los valientes, consistente en coger vías de tierra, muchas sin señalizar, hasta la playa. Según la Policía Local, es una opción que va ganando adeptos a medida que los atascos son mayores y que los turistas se familiarizan con la zona.
Narón, más de lo mismo
También las obras complican el acceso de los veraneantes a las playas de Valdoviño. Este verano se están convirtiendo en clásicas para ellos las retenciones entre el naronés lugar de Quintá, en la parroquia de O Val, y la de San Mateo, en el mismo concello. El motivo también son obras, en este caso de saneamiento, que llegan casi a detener el tráfico. Ayer, cerca de las cuatro de la tarde, la fila de coches casi unía ambos puntos.
Tampoco la N-651 se libra de los atascos. Entre Cabanas y Pontedeume son habituales largas retenciones a las horas de llegada y salida de las playas.