La Liga portuguesa desciende a Segunda al Boavista e inhabilita al presidente del Oporto por corrupción
FERROL
El club portugués Boavista fue condenado a bajar a la Segunda División al ser probada la coacción sobre los árbitros en la temporada 2003-04.
Ricardo Costa, presidente del Comité de Disciplina Deportiva de la Liga Portuguesa de Fútbol Profesional explicó que fue probado el acto de coacción sobre los árbitros por parte de los dirigentes del Boavista en un partido frente al Benfica, en enero del 2004.
Costa añadió que «al tomar en cuenta la crítica situación financiera en la que se encuentra el club», la multa a este equipo será de 18.000 euros, el valor mínimo de acuerdo a los reglamentos.
En la temporada en la que se produjeron los hechos, el presidente era João Loureiro, quien ha sido suspendido por cuatro años, durante los cuales no podrá ejercer ningún cargo deportivo, además de tener que abonar una multa de 25.000 euros.
El club portugués, con 105 años de existencia, no atraviesa uno de sus mejores momentos esta temporada. Hace cuatro días su directiva al completo anunciaba la dimisión ante la incapacidad de pagar a sus jugadores. Álvaro Braga, responsable de la gestión administrativa del club, hacía pública la renuncia y explicaba que la decisión se debía a «principios de dignidad frente a los jugadores y a los demás empleados del departamento de fútbol».
El resto de sancionados
Dentro de la operación Silbato Final, que se deriva del conocido caso de corrupción Silbato Dorado, ha habido más sancionados, a parte del Boavista.
Pinto da Costa, presidente del Oporto, no podrá ocupar cargos deportivos durante dos años, debido a los intentos comprobados de soborno de árbitros en la temporada 2003-2004. Además, este club tendrá que abonar 150.000 euros y perderá 6 puntos, hecho que no afectará a su categoría de campeón de Liga, ya que lleva 20 de ventaja sobre el Sporting.
Por su parte, el club União de Leiria, ya descendido a la categoría de plata, se quedará sin tres puntos, deberá pagar 40.000 euros y su presidente, João Bartolomeu, tendrá que retirarse por un año. Tanto el club como el presidente fueron acusados de una tentativa de corrupción el el partido con el Belenenses, en la misma temporada.
Varios árbitros también fueron condenados por «tentativa de soborno» por parte del presidente del Oporto con sanciones de entre dos a seis años.