Narón lo consiguió. Apostó sobre seguro y trajo en el día grande de las fiestas, el viernes, a dos proverbiales de la música de autor. Ana Belén y Víctor Manuel llegaron juntos, que no revueltos, ya que durante la primera hora y media no coincidieron en el escenario. La simbiosis que cabía esperar en una gira titulada Tal para cual apenas trascendió a un multitudinario auditorio, que, según la Policía Local, sumó más de siete mil personas. Como ya había ocurrido el día anterior con Siniestro Total y Dover, los accesos al paseo marítimo de Xuvia se vieron colapsados, formando colas desde las rotondas de acceso al ramal de la AP-9. La mayoría de los seguidores, que esperaban que las luces del palco no se encendiesen hasta la medianoche, se vieron sorprendidos por la irrupción del dúo en el paseo marítimo de Xuvia media hora antes. Primero, Ana Belén, y luego, Víctor Manuel, presentaron algunas de las canciones de sus últimos discos en solitario, Anatomía y No hay nada mejor que escribir una canción, respectivamente. Sonaron canciones inéditas como Qué me importa la luna o Ey, míster Lennon, aunque fueron los temas más legendarios del matrimonio musical como Lía, El hombre del piano, La Madre o Los monos de Gibraltar los que arrancaron los aplausos más sonoros. A diferencia de otros artistas, entre canción y canción, Ana Belén y Víctor Manuel abogaron por la verborrea. «Quiero lanzar desde aquí un recuerdo a todos aquellos artistas, escritores, actores... que nos han abandonado durante este año», dijo la cantante. Al lado de quien escribe decía una señora: «¡Menos hablar y más cantar!». El público, heterogéneo en edad y sexo, echó de menos más complicidad entre los artistas.