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La policía continúa la operación Atila contra la banda dedicada a la distribución de cocaína

F. V.

FERROL

05 sep 2008 . Actualizado a las 11:42 h.

La policía de Ferrol no ha dado por concluida la bautizada como operación Atila contra el narcotráfico dada a conocer hace dos semanas cuando fueron detenidos cuatro individuos a los que se les incautó más de un kilo de heroína. Las investigaciones, bajo el control del magistrado Alejandro Morán Llordén, se llevan bajo secreto en esta segunda fase, si bien no se descartan nuevos arrestos.

Entre los detenidos y enviados a la cárcel por el juez Morán está Eduard Alonso Tejada, al que la policía considera el jefe de la banda, que está implicado en el asalto a un constructor de As Somozas el pasado 9 de marzo, asunto cuya investigación corrió a cargo de la Guardia Civil, pero del que todavía quedan algunos cabos sueltos por aclarar. Eduard había colaborado entonces con los guardias civiles y había quedado en libertad con cargos porque no había sido uno de los autores materiales del atraco (estaban reventando la caja fuerte del constructor de As Somozas cuando llegó a casa su mujer y dos hijas, luego él: a todos ellos amedrentaron hasta que el empresario les entregó la combinación de la cámara).

La operación Atila se había iniciado a finales de mayo, a cargo del grupo de Estupefacientes de la comisaría de Ferrol-Narón, al detectarse las actividades de dos colombianos que se dedicaban a distribuir cocaína en prostíbulos de Ferrol y A Coruña.

El ferrolano

Con Eduard fue detenido Paulo Vieira Flor, ambos colombianos; el nicaragüense Medrano Guido, que actuaba de recadero hacioendo el reparto, y un ferrolano de 30 años cuya identidad completa no ha sido facilitada por ahora. Sí se ha informado de que su nombre corresponde a las iniciales D. A. G, y que ha quedado en libertad con cargos. A la policía le han sorprendido los perfiles extremadamente violentos de alguno de ellos, a pesar de que la operación corre a cargo de un grupo operativo de agentes especializado.

Eduard fue detenido en A Coruña, donde parece que tiene relación con un comercio de ropa. Los policías cayeron sobre ellos cuando procedían a una entrega de 1.100 gramos de cocaína en roca, para su distribución en Madrid. La redada continuó entonces con la entrada y registro de varios pisos en ambas ciudades. Durante los meses de investigación previos a la redada, la policía pudo comprobar el elevado nivel de vida del que disfrutaban los dos colombianos, con uso de automóviles de gama alta, disponibilidad económica y otros signos que llevaron a la sospecha de que andaban en negocios turbios, como parece desprenderse de la investigación.