El juez absuelve a una mujer que vende prendas falsas porque los compradores saben que lo son

F. V.

FERROL

26 feb 2009 . Actualizado a las 12:02 h.

El titular del Juzgado de lo Penal número 2 ha absuelto a una vendedora del mercadillo de las Casas Baratas sorprendida con más de 300 prendas falsificadas de marcas importantes. No es la primera vez que el magistrado Francisco José Ruano Hernández considera que no es ilícito penal esta actividad porque, dice, no engaña al cliente que sabe perfectamente que se trata de una simulación.

La vendedora María del Carmen Jiménez se sentó en el banquillo la pasada semana. En la sentencia, el juez considera probado que una patrulla fiscal de la Guardia Civil interceptó su furgoneta cuando se dirigía al mercadillo de Recimil, en Ferrol, el 25 de abril del 2005.

Los agentes encontraron en su interior un verdadero muestrario de todas las marcas conocidas de prendas de ropa, todas falsas. Había 47 vaqueros supuestamente Levi Strauss, otros 47 Dockers, 282 camisetas con signos distintivos que imitaban las Armani, otras prendas tenían etiquetas de Tommy Hilfiger; ropa interior Calvin Klein y Guess, y también Versace. Más de 300 en total. Ella dijo en el juicio que desconocía la persona a la que se las compró y que era analfabeta. El juez argumenta la absolución porque los productos de las marcas originales señaladas son puestos a la venta «en tiendas o locales de alto standing y no en un mercadillo donde al parecer la acusada pretendía venderlos».

Para apoyar esta tesis, la sentencia recuerda que un informe pericial indica que cualquier persona puede constatar que las prendas son «un producto falso y de imitación, lo que se verifica con la no necesaria actividad pericial». En suma, «comprar en un mercadillo y a los precios que allí se puede comprar hace conocedores a los consumidores de que no están adquiriendo un producto de marca».