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Tras la huella de los Andrade

R. Loureiro

FERROL

Francisco Correa publica en Toxosoutos un monumental estudio sobre la legendaria familia nobiliaria gallega

29 may 2009 . Actualizado a las 12:05 h.

La editorial Toxosoutos acaba de sacar a la luz A casa de Andrade, 1160-1540 . Un monumental estudio sobre la que evidentemente no fue jamás la más poderosa de las familias nobiliarias gallegas -nada más lejos de ello: de hecho, el primer conde entre ellos fue Fernando de Andrade, ya en tiempos de los Reyes Católicos-, pero cuya existencia, firmemente arraigada en el imaginario colectivo, ha alimentado, tanto como la historia, la leyenda.

Natural de Baralla, en Lugo, donde nació en el año 1950 y doctor en Historia con una tesis -naturalmente, también en torno a los Andrade- cuyos contenidos están en la génesis de este libro, Correa es catedrático del instituto Breamo, de Pontedeume. De la misma villa, por otra parte tan unida al linaje de Fernán Pérez O Bóo, en la que el volumen se presenta esta tarde, durante un acto que tendrá lugar a las 20 horas en el salón de actos de la Casa dos Maiores.

Aspectos inéditos

En este nuevo libro, el historiador desvela aspectos hasta ahora prácticamente desconocidos de la Casa de Andrade, como su relación con el linaje condal de Traba. Y profundiza en su carácter -la expresión, en tono claramente desenfadado, es suya- de «nobleza criolla », cuya aparición supuso, en cierta medida, el nacimiento de una nueva época: del tiempo en el que «a vella nobreza galega», sin pasar a un segundo plano, comenzó a ver que las cosas no iban a seguir siendo como antes eran. Poco amigo de los tópicos, y frente a la repetida imagen de Fernán Pérez de Andrade O Bóo (1330¿?-1397) como hidalgo pendenciero, de costumbres brutales y opresor de las villas cuyos señoríos se le concedieron, tras la derrota de Pedro el Cruel y el ascenso al trono de Enrique el de las Mercedes, el historiador transmite, del caballero cuyo monumental sepulcro se conserva en la iglesia de San Francisco de Betanzos, una imagen muy diferente: «Fernán Pérez de Andrade O Bóo -dice Correa- era un home interesado pola cultura, máis amigo de negociar que de botar man da espada e que sempre ía dun lado a outro acompañado dun séquito no que non faltaban os clérigos. Polo que sabemos del xamais foi un home brutal, senón todo o contrario. Á marxe de que pola súa capacidade militar fose moi aprezado como capitán». Y por cierto: el historiador tiene sospechas de que la lápida sepulcral de la familia encontrada en la iglesia de San Estevo de Perlío, y hoy utilizada como asiento junto al templo, es la del sucesor del caballero, su subrino Pedro Fernández de Andrade.

Otra de las figuras de la familia Andrade a la que el historiador ha prestado una atención preferente es, como es lógico, la de Fernando de Andrade, Conde de Vilalba (1330-1397) y uno de los grandes generales tanto de los Reyes Católicos como de Carlos V. El hombre que rivalizó por el mando con el Gran Capitán durante las Campañas de Italia.