Del G8 de Roma a Ferrol, por amor

La Voz

FERROL

Los dos son de Nápoles y los dos trabajan como policías en Florencia; uno se enamoró de una turista ferrolana y convenció a su amigo para venir a verla

01 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Angelo Orlo y Francesco Ferrillo nunca habrían visitado Ferrol si no fuese por Lucía. Ese es el nombre de la joven ferrolana que, el pasado 7 de julio, le robó el corazón al segundo de ellos en la piazza Colonna de Roma, donde tiene su sede el Gobierno italiano. «Se estaba celebrando la cumbre del G-8 y nos habían dicho que de un momento a otro estaba previsto que saliese Berlusconi; una amiga mía quería hacerle una foto, así que le preguntamos a unos policías cuándo lo podríamos ver. Nos dijeron que en unos minutos y al final nos tiramos esperando y hablando con ellos más de tres horas», explica ella sonriente.

Al final, ni Lucía ni su amiga consiguieron ver a Berlusconi. Pero Francesco, uno de aquellos policías antidisturbios, se quedó con el número de teléfono de la primera. Y ese mismo día por la noche la llamó. En Italia estuvieron juntos unos pocos días, pero Cupido debió clavar bien sus flechas en el corazón del agente italiano, porque apenas dos semanas después de que Lucía regresase a España, Francesco se presentó en Ferrol para verla. Lo hizo en compañía de Angelo, un amigo y compañero de trabajo, y con cuatro maletas repletas de ropa y pasta italiana.

«Lo de la pasta fue para regalársela a mi madre; y lo de la ropa se debe a que son muy presumidos... ¡En un mismo día se pueden cambiar tres veces de modelo!», explica Lucía entre risas.

Angelo y Francesco llegaron a Galicia el pasado sábado, y ayer mismo pusieron rumbo a Florencia, donde trabajan como miembros de la Politzia de Estado. Aunque ha sido breve, su estancia les ha dado para hacer muchas cosas. Durante los últimos días, los dos italianos comieron pulpo, choquitos y salpicón; conocieron las «preciosas» y «salvajes» playas ferrolanas; y visitaron ciudades como Santiago y A Coruña. En la urbe herculina, además de contemplar su famosa torre, Angelo se empeñó en acercarse al estadio de Riazor. Quería conocer el campo en el que juega el Dépor, su equipo español favorito desde que, hace ahora cuatro años, ganase 400 euros al apostar solo cinco a favor de la escuadra blanquiazul.

Esta es la primera vez que Francesco y Angelo visitan España. Y, por lo que cuentan, Ferrol ha sido una buena carta de presentación de todo el país. Angelo se ha quedado impresionado «de la tranquilidad de las calles», de «lo limpio que está todo» en comparación con Nápoles y, sobre todo, de poder toparse en la calle con más nativos que turistas. «Cuando estuve en Grecia no hacía más que encontrarme con italianos», explica sonriente.

Francesco alaba la comida, la amabilidad de la gente y los paisajes, y al preguntarle si no le ha fastidiado el mal tiempo que ha hecho, responde a la italiana, con una frase muy romántica. «A mí eso no me importa: mi sol es Lucía».