Desde la bañera de agua mineral para Mariah Carey y para su perrita al gimnasio completo que exigía Arnold Schwarzenegger al lado de su habitación durante los rodajes... Existen un montón de leyendas y de verdades sobre los caprichos de los artistas. En muchos casos hablan de delirios de grandeza. En otros, simplemente, de querer sentirse más cómodos.
Ramón Melendi Espina, asturiano, gamberro, salsero... y padre. La gente que le rodea habla de un carácter un poco más pausado que hace unos años. Aunque esto no le impide exigir en los camerinos unos pinchos de tortilla y unas botellas de ron. «La tortilla es para mí y el ron para los músicos cubanos... aunque algo me cae a mí», aseguran fuentes próximas al artista que dice Melendi. «Ahora es más Ramón y menos Melendi», cuenta una persona cercana. Aunque sigue siendo muy cañero, «y en los conciertos lo da todo, la gente sale muy contenta», indican desde la organización. Un equipo de más de 25 personas entre músicos y técnicos, con un equipo tecnológico muy moderno «y muy profesional». Hace unos días, en Vigo, triunfó ante más de 5.000 personas. En el escenario no faltó una barra de cerveza, con tres grifos, de los que solo uno funciona, pero que... «funciona durante todo el concierto, para él y para los músicos.
En Ferrol presenta una versión corregida de su último álbum: Aún más curiosa la cara de tu padre al que ha sumado nueve temas inéditos en los que versiona a Rosana, Víctor Manuel y a Juan Luis Guerra, entre otros.