Investigadores de la Universidade de Santiago (USC) elaboraron un estudio sobre la incidencia del cambio climático a lo largo de los siglos en la configuración de la costa gallega. Y a eso acompañan un modelo sobre la evolución que sufrió el litoral desde la última glaciación. Esa concatenación de etapas explica como un fenómeno atípico y extraordinario lo ocurrido en la playa de Ponzos.
Desde la última glaciación, los científicos de la USC han constatado una oscilación del nivel medio del mar de en torno a tres metros. En una primera fase, y como se puede apreciar en el gráfico de al lado, sobre el terreno previo a la época glaciar existía un manto de sedimentos ricos en materia orgánica. Eso, en líneas de costa, incluye una espesa vegetación similar a la que se puede encontrar ahora en el litoral de la zona. Con la llegada del hielo y los movimientos glaciares se fueron acumulando sobre ese estrato nuevas capas de sedimentos rocosos.
En una situación normal, la formación de las playas sería el último paso del derretimiento glaciar. El hielo cambia de estado y vuelve al mar, que empieza a ganar terreno a la costa rocosa erosionando poco a poco los estratos que ha ido depositando el glaciar.
Lo extraordinario de todo esto es que las capas fosilizadas más blandas, como la turba acumulada bajo la playa de Ponzos, eran las primeras en sufrir la erosión. Finalmente, el mar depositaba las partículas más finas en la orilla en forma de arena.
En el caso de Covas, el mar no llegó a alcanzar esas vetas de turba, que quedaron cubiertas por lodo y arena hasta nuestros días.