Tras la botadura del Adelaide, los trabajadores de compañías auxiliares, sobre todo aquellas vinculadas al gremio de aceros, comenzarán a padecer masivamente los efectos de la caída en la ocupación en la ría. En las próximas semanas, como se está fabricando la cama de acero para proteger al Canberra en su viaje a Australia a bordo de la plataforma, se está experimentando un repunte en la ocupación en la antigua Astano, aunque una vez que se coloque en el navío, también en la factoría el nivel de actividad descenderá notablemente.
Los operarios, que han venido protagonizando desde hace casi dos años movilizaciones de distinta índole para reclamar carga de trabajo, mantendrán en las próximas semanas algunas acciones de protesta, aunque rebajarán el tono. Entre otras cosas, porque comenzará el período de vacaciones para muchos de ellos, por lo que la fuerza que puedan realizar se verá sensiblemente reducida.
Sin embargo, la intención de los representantes de las plantillas, tanto directas como indirectas, es la de continuar realizando acciones, toda vez que su objetivo principal, que es la obtención de nuevos pedidos, no se ha conseguido.
Así, hasta finales de mes no volverá a reunirse la comisión que se encarga de evaluar la viabilidad técnica, económica y financiera del proyecto de construcción de un dique flotante, que reportaría dos años de carga de trabajo para unos 900 operarios.
Por ahora no se ha tratado una de las propuestas de movilización realizada por el denominado como sector crítico de CC.?OO., tendente a lograr que el naval público español y la minería sumasen esfuerzos para reclamar al Gobierno un giro en su política industrial y mayores esfuerzos. En ese sentido, Xaquín García Sinde propuso en la marcha del naval en As Pías que los trabajadores del gremio se sumasen a la movilización del próximo día 11 de la minería en Madrid.