Incompetentes

José Varela FAÍSCAS

FERROL

24 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Al romper el día, grupos de braceros se concentraban en las plazas públicas de los pueblos andaluces en espera de que el capataz del terrateniente apartase una gavilla de jornaleros para el laboreo. En Ferrol, algunos todavía recuerdan la tradición portuaria de la colla, con un procedimiento similar para la selección de cargadores para la estiba del cabotaje. En la élite social, los consejos de administración de las empresas públicas se nutren de individuos cooptados de forma análoga. Con dos salvedades: el ojeador no escruta las callosas manos y el torso de los candidatos, y estos al concluir la faena no quedan en el paro y sin subsidio como las peonadas. Nuestro caporal consulta una ristra limitada de postulantes que conforman una suerte de prelatura laboral, una sociedad secreta de intereses mutuos valga la redundancia. No importa quien gobierne el país. Esa nube de personajes que han logrado levitar al sustraerse a la ley de gravitación universal de la alternancia política siempre es la misma. Algunos, pocos, resultan conocidos -De Paz, Pajín, Acebes, Zaplana...-, pero la mayoría gozan de valiosísimo anonimato. Unas veces son requeridos para asesorías ministeriales, agregadurías de legaciones, gabinetes, adjuntos o consejeros. Su misión, excelentemente retribuida por el erario, consiste en asentir. Son como efigies y arropan mentiras y patrañas dolosas como la del dique flotante de Navantia. El alcalde de Ferrol dice que son incompetentes. Habrá que creerle: los nombró su partido.