Los trabajadores llevan casi dos años sin cobrar y han muerto reses
06 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Ex empleados de Aldea Nova, el parque temático integral de desarrollo rural de Narón, denuncian «el absoluto abandono» que sufren tanto el personal como los animales y las instalaciones ubicadas en Sedes desde hace dos años. Los dos únicos trabajadores que continúan en activo (una monitora fue despedida esta misma semana) llevan casi dos años sin cobrar y en los últimos meses han muerto un caballo, una vaca, un gallo y varias gallinas, por falta de alimentación y enfermedades. Alguna de las reses que sobreviven se encuentran famélicas.
El parque, propiedad del Concello, funciona desde el 2007 con gestión privada. La primera concesionaria cesó su actividad tres años más tarde. «Al principio -explican personas que trabajaron en el centro-, el proyecto se fue desarrollando paulatinamente y mejorando poco a poco, con clientes casi todos los días del año. La primavera era la época fuerte porque es cuando los colegios realizan más actividades». A mediados de 2010 se hizo cargo de la explotación la empresa Terra Nova Gestión e Interpretación Ambiental.
Caída de la actividad
Un año después, señalan las mismas fuentes, «las actividades fueron disminuyendo, dejaron de acudir clientes y los trabajadores empezaron a cobrar sus sueldo con hasta tres y cuatro meses de retraso». Al mismo tiempo, abundan, «las instalaciones, deterioradas, ni se arreglaron ni se mejoraron, y comenzaron a descuidarse los animales». El personal notificó la situación al Concello, «pero no hubo respuesta». Hasta que en 2012 un asalariado decidió abandonar la firma «porque medio año sin cobrar era insostenible» y en agosto la empresa despidió a otros tres. Quedaron dos, «haciendo labores diversas, aunque no correspondieran a su contrato y sin ser retribuidos».
En las bases el Concello de Narón establecía la contratación de seis personas, una para hostelería, una para actividades agropecuarias, una de mantenimiento y tres monitores-educadores. Este año la firma tuvo que readmitir a uno de los despedidos, por orden judicial, y esta misma semana comunicó el fin de la relación laboral a una monitora. «Quienes se han ido ni han cobrado los sueldos ni el finiquito y los que continúan no han percibido su sueldo desde hace casi dos años», denuncian los afectados.
«Condiciones pésimas»
La caída de la actividad ha ido pareja al deterioro de las instalaciones, donde viven, «en condiciones pésimas», seis caballos, una vaca, una ternera, cuatro cerdos, una decena de ovejas, otras tantas gallinas y varias colmenas de abejas. Ex empleados lamentan que el Concello, «consciente de todo esto, no haya hecho nada al respecto», al menos hasta hace unos días.