
En 2012 las ventas del sorteo de Navidad superaron los tres millones
21 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El pasado año 2012 los ferrolanos se gastaron un total de 3.122.300 euros en la Lotería de Navidad. Con el fin de no quedarse cortos, Loterías y Apuestas del Estado consignó 600.000 euros más, alcanzando los 3.724.780 euros para el sorteo de mañana. En las administraciones la jornada de ayer fue de lo más ajetreada. Ya por la mañana en la de Bonilla, emplazada en el número 11 de la calle Rubalcava, no daban abasto. Lo mismo ocurrió en la de O Inferniño, situada en el 93 de la carretera de Castilla.
Si bien durante la mañana el local acogió un goteo incesante de compradores, la avalancha irrumpió por la tarde. Sin embargo las ventas ya no son lo que eran. Su regente, Julio Regueiro, explicó que nota la bajada con respecto al año pasado. Una disminución en la venta de décimos que va decayendo progresivamente según avanza la crisis, aunque lo cierto es que la ilusión generalizada sigue desembocando en jornadas frenéticas para los administradores a medida que se acerca el sorteo.
También bajaron los encargos de otras ciudades,. «Vendemos más bien menos que más, pero hasta que hoy se cierren las devoluciones queda mucha gente por venir», explica Regueiro. Se trata del mismo administrador que vendió el Gordo en el sorteo de El Niño del 2007. «Fueron 34 millones y tenía 17 series de 200.000 euros», recuerda. Según aclara el administrador, la fama ayuda al año siguiente pero pronto cae en el olvido.
El lotero indica que más de uno gasta más de lo que debiera, y especifica que la media de gasto es de entre 60 y 70 euros. Pero es que además aprecia ciertas críticas hacia quienes se dejan cifras más altas. Regueiro señala que «a otra gente le molesta cuando está esperando y ve a uno que compra mucho, ahora que estamos en crisis. ?No tienen escrúpulos?, me dicen», y añade que «obviamente, quien puede gastarse 3.000 euros quiere decir que no tienen ningún problema». Por otro lado, muchos ferrolanos tienen esperanzas de que la ciudad se haga al menos con un pellizco. A pesar de las vacas flacas, los ciudadanos se resiste a dejar de soñar. «La ilusión no falta», explica Regueiro, que no obstante añade que «siempre está el pesimista que dice que no le va a tocar, que no sirve para nada. Y yo pienso: ¿entonces para qué juegas??, si juegas es por algo». Sin duda.