Decenas de palmípedas conviven en el río Condomiñas, en A Xunqueira
06 jun 2014 . Actualizado a las 09:35 h.En el entorno del río Condomiñas, en A Xunqueira, conviven ocas y gansos (la mayoría), patos y dos parejas de cisnes. Hace más de tres décadas que Antonio Busto y su familia, cuya vivienda se encuentra a pocos metros del cañaveral, trajeron las primeras ocas. El Concello de Cedeira incorporó meses atrás dos cisnes blancos y, más recientemente, otros dos ejemplares negros. «Al principio hubo problemas, los blancos les pegaban a los otros, pero el macho negro acabó imponiéndose», cuentan los cuidadores de las aves, que se mueven entre el patio de la casa, donde los alimentan con maíz y pan duro (de la panadería Durán), y el área del cauce fluvial, adonde suelen acudir los niños para verlos y darles de comer.
Un zorro merodea por la zona a diario. «A veces se queda mirando a la perra, Dona», relatan los dueños del can. El raposo también observaba con interés los huevos de la cisne blanca, en el nido vigilado de manera casi permanente por el macho, con las alas abiertas. Busto cortó cañas para tratar de protegerlo pero, temeroso de la irrupción del zorro o de otro depredador, decidió retirar cuatro huevos, la mitad, por si acaso. Y los depositó en el nido de una oca, que los empolló mientras otra congénere incubaba los propios. Hasta que, hace menos de una semana, nacieron cuatro polluelos de cisne, gracias al calor de la madre oca de alquiler; y otros tres de oca.
Pero a la madre oca con pollos de oca parece que no le gustaron las crías de cisne, tal vez por su aspecto blanquecino, y los picoteaba, por lo que Busto la apartó del grupo, aun a riesgo de «verla un poco deprimida». Los bebés de oca y cisne conviven y juegan entre sí, «pero ya se les ven costumbres diferentes», aseguran. Los salvadores de la camada apuntan al zorro como principal sospechoso de la desaparición de los otros cuatro huevos que habían quedado en el nido.
en cedeira el cuento de los cisnes «Feos»