Si la sequía hizo que la temporada micológica no fuese del todo buena en el 2017, la de este 2018 se retrasó en algunas zonas a causa del «veroño». Sin embargo, la llegada de las lluvias ha propiciado por fin las eclosiones y en los puestos del Mercado Central se pueden encontrar ya muchas especies apreciadas en las cocinas.
«Este año ha sido muy raro, porque en zonas como el monte Caxado, donde el nivel de humedad es constante, ya hubo setas desde finales de septiembre, mientras que en el Forgoselo la ausencia de nieblas provocó que tardasen más en salir. Debido a la inestabilidad meteorológica, cada vez es todo más extraño», explica el micólogo Luis Cuba.
Sea como sea, en el puesto É con til del Mercado Central se podían encontrar ayer boletus edulis de primera y segunda a 30 y 18 euros; níscalos, a 25; y badius (negrito), a 12. «La gente tuvo que esperar y ahora la demanda es muy alta», comenta la responsable, Sonia Rodríguez.