
Los empresarios dicen que no hay profesionales cualificados ni «ganas de trabajar»
24 feb 2019 . Actualizado a las 21:23 h.Hace pocos días, los hosteleros del Ortegal se lamentaban de las dificultades a las que se enfrentan para encontrar personal ya no solo en verano, sino también en los meses de invierno. Y ahora esa misma queja ha encontrado eco entre los profesionales de Ferrolterra y el Eume, que aseguran que ellos también se las ven y se las desean para dar con trabajadores con o sin cualificación para sus negocios. «Es un problema generalizado, que se da en el Ortegal, pero también en toda la comarca: en estos momentos se precisan tanto cocineros como camareros, pero resulta muy complicado encontrar profesionales y gente que quiera trabajar en este sector», asegura Luisa Barro, gerente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Ferrol y Comarcas.
En su opinión, esta situación se debe principalmente a dos factores: por un lado, a que las promociones de titulados que salen de los ciclos de hostelería del IES Fraga do Eume de Pontedeume no son suficientes para cubrir toda la demanda -ya que muchos de los alumnos recién diplomados se marchan fuera-; y por otra parte, a que los aspirantes sin formación que sí quieren trabajar finalmente no aceptan el empleo o terminan dejándolo porque «se les hace muy duro» o no cumplen las exigencias de sus jefes. «En todos los trabajos hay que cumplir, pero en la hostelería tienes que cumplir cuando los demás están de siesta o de fiesta y eso no todo el mundo lo lleva bien», apunta Barro.
En su opinión, ahora hay menos «ganas de trabajar» que antes, a pesar de que las condiciones laborales «no son tan malas». «El salario base de un camarero y de un cocinero está en 1.075,85 euros mensuales, más tres pagas extras al año, por una jornada laboral de 40 horas semanales», advierte.
Sin embargo, muchos trabajadores del sector se quejan de que estas condiciones no siempre se cumplen, ni en lo referente al sueldo ni en lo relativo a los horarios, algo que también reconocen algunos empresarios. «En esta zona, los titulados que salen de la escuela de Pontedeume no encuentran demasiadas oportunidades para coger experiencia en restaurantes y hoteles de cierto nivel, y si encima no se les remunera bien, porque somos cuatro los que pagamos lo que es de debido, ¿cómo no se van a marchar?», reflexiona un hostelero que prefiere mantenerse en el anonimato.
Pero es que los empresarios no solo lamentan que escaseen los profesionales cualificados, sino también las personas sin título ni experiencia dispuestas a trabajar en el sector. Como Luisa Barro, Helga Rodríguez, de Casa Tono (San Felipe), es de las que opina que «ganas y aguante no hay». Para ilustrarlo, asegura que en los treinta años que lleva al frente de su establecimiento puede haber tenido al menos cuarenta empleados, aunque al mismo tiempo reconoce que es difícil conseguir que alguien se mantenga en el puesto mucho tiempo, debido en parte a la estacionalidad del negocio (en invierno solo abre entre semana con reserva previa) y «porque nadie ve esto como un trabajo para siempre». Ahora mismo está buscando a dos personas para reforzar la plantilla a partir de abril (un camarero y un ayudante de cocina) y asegura que la tarea le está resultando complicada. «Encima aquí no llega el bus y no todo el mundo tiene coche», se lamenta.
La cocinera Teté Pérez Díaz, que en junio abrió el restaurante Textura de Ares, cuenta que al principio a ella también le costó mucho encontrar personal para formar su equipo, aunque finalmente lo logró. «El problema es que hay mucha gente que llega a la hostelería porque cree que es una manera fácil de ganar dinero y luego ven que las cosas no son tan fáciles, que hay que trabajar y el esfuerzo no va con ellos. Yo por suerte he logrado formar un equipo de muy buenos profesionales, que además están comprometidos con el trabajo».
La cifra
1.074,85 euros
El sueldo base de un camarero es de 1.074,85 euros mensuales, más tres pagas extras, por una jornada laboral de 40 horas semanales.

