Un trabajo de musicoterapia de la profesora Cristina Otero quedó finalista de la beca de la Fundación Jove-Indaga
30 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.La Fundación María José Jove y el Instituto Galego de TDAH y Trastornos Asociados (Indaga) dieron ayer a conocer en A Coruña los nombres de los ganadores de la beca que cada año, desde hace ya un lustro, conceden ambas instituciones a proyectos educativos dirigidos a niños con déficit de atención e hiperactividad. Los afortunados que recibieron la beca para materializar su proyecto -que se dividió en dos ayudas de 2.000 euros cada una- fueron los colegios Luis Díaz Moreno de Baralla (Lugo) y el CEIP Bouza Brey de Ponteareas (Pontevedra).
El colegio Las Mercedarias de Ferrol, que también se presentó a la beca, no logró llevarse los laureles, pero igualmente se marchó con buen sabor de boca del acto celebrado en A Coruña, ya que el proyecto presentado por el centro quedó finalista y mereció un diploma acreditativo. La encarga de recogerlo fue su autora, la profesora Cristina Otero, que concurrió a las ayudas con un trabajo titulado La música como proceso humano. Aplicación de técnicas musicoterapeuticas para potenciar las necesidades de los niños y niñas con TDAH.
La presentación estuvo presidida por Carmen Pomar, conselleira de Educación, Universidade Formación Profesional; el presidente y la directora de la Fundación Indaga, el doctor Ángel Carracedo y Elvira Ferrer, respectivamente; y la presidenta de la Fundación María José Jove, Felipa Jove.
A estas becas pudieron optar todos los profesores que asistieron al curso de formación para docentes organizado por ambas instituciones para mejorar la atención al alumnado con déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Dirigido a docentes de los centros de Educación Primaria, ESO, Bachillerato y FP, se impartieron jornadas formativas de 4 días y de 25 horas en las siete ciudades gallegas, a las que asistieron 478 profesores: 278 en cursos presenciales y 200, en formato on line. Felipa Jove destacó que cursos como este contribuyen a «promover una educación más inclusiva, en la que de una vez la diversidad sea reconocida como una riqueza y no como un obstáculo».