La pandemia dispara la inserción laboral de la FP de cuidados auxiliares de enfermería
FERROL
Aluvión de peticiones para los estudiantes de este ciclo que imparte el IES Leixa
06 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El IES de Leixa empezó este curso con el doble de plazas para la FP de grado medio Cuidados Auxiliares de Enfermería y, sin embargo, se quedarán escasas a juzgar por el aluvión de peticiones de personal que están recibiendo. La directora de este centro, Ana Roel, da por seguro que los 45 alumnos que se gradúan en enero conseguirán trabajo casi al día siguiente de obtener el título: «Normalmene xa son traballadores moi demandados e este ano coa pandemia moito máis», cuenta sobre una profesión que tiene salida tanto en el sector privado, en residencias o centros asistenciales, como en el público. De hecho, la lista de interinos del Sergas está continuamente llamando para nuevos contratos.
Estos estudios se alargan durante un año de clases en el centro y tres meses de prácticas, que son las que están completando la promoción de este año. «Terminan en diciembre y vamos a agilizar todo lo que podamos el papeleo para que puedan trabajar», explica Francisco Javier Teixido, jefe de estudios de un centro para el que el covid ha sido todo un reto, porque ha tenido que implantar medidas de seguridad y un modelo de enseñanza semipresencial. «Ha sido complicado, por todos los cambios y porque hay que enfocar las clases de forma diferente», explica Marta Gutiérrez, una de las docentes de una FP en la que las mujeres siguen siendo la gran mayoría.
«Tengo 59 años y quería volver al mercado laboral, estoy ilusionadísima»
María Jesús Otero Santamaría tiene 59 años y el 17 de este mes realizará la última práctica del ciclo de Cuidados Auxiliares de Enfermería que comenzó el curso pasado. En enero ya estará disponible para responder a las numerosas llamadas de empresas que buscan trabajadores con su titulación o para entrar en las listas del Sergas, que es su opción prioritaria. «No me quiero hacer ilusiones todavía, primero quiero terminar el curso y lo que venga después vendrá», cuenta una ferrolana que trabajaba en un comercio y se quedó en el paro. «Tengo 59 años y quería volver al mercado laboral, a trabajar al menos hasta la jubilación, aunque es verdad que primero elegí estos estudios por las salidas laborales, ahora estoy ilusionadísima», explica María Jesús justo después de terminar sus prácticas en la planta de obstetricia del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol. Reconoce que volver a estudiar le costó, que tuvo «momentos de debilidad, porque tuve que empezar de cero tras años sin estudiar», pero ahora está encantada con el logro de sacarse un título con perspectivas laborales claras: «Nos han dicho que este año van a agilizar los trámites para que tengamos todo pronto para empezar ya». Como a la mayoría de sus compañeros contagiarse del covid-19 no le da demasiado miedo: «Es algo con lo que tenemos que convivir y nos han enseñado cómo protegernos».
«Me veo un poco verde para empezar en enero a trabajar, pero me encanta ir al hospital»
Andrés Martínez tiene 37 años y ya casi había perdido la esperanza de encontrar una vocación laboral, pero ahora lo tiene claro: «Me gusta mucho este trabajo, es duro, tienes que cargar pesos, pero por la mañana te levantas y no piensas que vas a una fábrica, sino a ver a Juan, a ayudar a un enfermo que está en su cama», cuenta un barcelonés que también se ha enamorado de Galicia. Andrés es uno de los 45 que termina este mes los estudios y se convertirá en técnico en cuidados auxiliares de enfermería. No esconde que le da vértigo que le llegue una oportunidad laboral poco después: «Me veo un poco verde para empezar en enero a trabajar, siempre piensas que necesitarías más preparación, pero bueno nunca estás solo y los compañeros te ayudan», asegura un estudiante que todavía no ha investigado cuánto cobrará: «Supongo que será un sueldo mísero, pero me da igual».
De un puesto de niñera en Londres y de la hostelería
Inés Teixeira y Ayelén Torrilla, dos de las alumnas del ciclo en una de las prácticas. Inés tiene 23 años y trabajaba como niñera en Londres, pero ahora está encantada en FP y Ayelén, de origen argentino, dejó la hostelería por la sanidad.