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Caranza estrena al fin nuevo mercado tras muchos años de reivindicaciones

FERROL

CESAR TOIMIL

Los placeros realizaron protestas este verano por el retraso en la apertura

18 feb 2022 . Actualizado a las 17:08 h.

Los placeros y los vecinos de Caranza vieron culminada ayer una demanda histórica del barrio, con el estreno del nuevo mercado, que les supuso a unos y otros abandonar unas instalaciones en muy mal estado, con goteras, humedades, suelos destrozados y sin accesibilidad, y pasar a ocupar unas dependencias propias del siglo XXI. Atrás quedan muchos años de promesas políticas incumplidas a lo largo de varios mandatos y también seis meses de quejas, e incluso movilizaciones, por el retraso en la apertura de la parte del edificio rehabilitada, cuyas obras finalizaron en mayo.

El alcalde de Ferrol, Ángel Mato, y el concejal de Mercado, Germán Costoya, junto con otros miembros de la corporación, giraron una visita al nuevo mercado municipal. El regidor expresó su deseo de que la profunda reforma realizada «sirva de tirón para a venta de produtos da terra e a dinamización do comercio de proximidade, que neste ano tan difícil aprendemos a importancia que teñen».

Las obras de esta primera fase de rehabilitación del edificio de la plaza de abastos de Caranza supusieron una inversión de 799.515 euros. Afectó a un tercio de las instalaciones y consistió en la realización de un nuevo forjado, la reposición de la cubierta y la incorporación de aislamiento térmico y falsos techos, una nueva fachada de chapa metálica, renovación de las carpinterías exteriores y de las conducciones eléctricas y de saneamiento, así como la instalación de un ascensor y entradas totalmente accesibles. El resultado son 16 puestos de venta totalmente nuevos, en unas instalaciones modernas.

El edificio del mercado de Caranza, construido y explotado por una empresa privada, se había inaugurado en el año 1983. En 1998 venció la concesión y el pleno del Concello acordó por unanimidad que pasase a formar parte del patrimonio municipal. La falta de mantenimiento provocó un paulatino estado de abandono, que fue mermando la actividad comercial, con el cierre de una gran parte de los locales.

Las sucesivas corporaciones prometían reformas y rehabilitaciones, que no se llevaron a cabo. Finalmente, las obras se adjudicaron en el anterior mandato, en el que ya se había realizado una distribución de los puestos. Pero la apertura se fue retrasando, porque el actual gobierno socialista descubrió que, desde que venció la concesión, hace 22 años, los placeros estaban en una especie de interinidad, por lo que se planteaba que, para legalizar la situación, era necesario abrir un nuevo proceso de adjudicación. Tras varias protestas de los afectados a pie de calle, a mediados del pasado mes de noviembre, el Concello resolvió autorizar a los vendedores la ocupación provisional de los nuevos puestos, mientras se tramita el procedimiento de adjudicación de los puestos en régimen de concesión.