El cementerio militar de San Fernando cumple 150 años
20 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El año 2020 que estamos a punto de finalizar, complicado para todos en tantos ámbitos y aspectos por la crisis de la covid-19, ha supuesto también para las Fuerzas Armadas un esfuerzo añadido a sus misiones operativas, prestando una gran labor al servicio de la sociedad en otros importantes cometidos derivados de la lucha contra la pandemia, ejecutados en el marco de la Operación Balmis y actualmente en la Operación Baluarte. Desde aquí, al personal militar y a todos los españoles que han luchado y lo siguen haciendo con ejemplaridad, nuestro homenaje de reconocimiento y gratitud. A pesar de todas las dificultades, la Armada, fiel a sus tradiciones, ha conmemorado este año tres hitos en su historia, que lo son de España: el 500 Aniversario de la I Vuelta al Mundo de Magallanes-Elcano; el 250 Aniversario de su Cuerpo de Ingenieros; y el 150 Aniversario del Panteón de Marinos Ilustres.
Esta última efeméride tiene un especial simbolismo por lo que el Panteón representa como monumento conmemorativo: honrar la memoria de tantos hombres y mujeres que nos precedieron, marinos ilustres, que protagonizaron hechos destacables y gestas heroicas. En 1870 se culminó la inauguración y bendición del Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando (Cádiz), pero su historia es muy anterior a esa fecha, remontándose sus orígenes a 1786.
Iglesia parroquial
Fue ese año cuando se inició la construcción de la Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción, patrona que era de los reinos de España e Indias, en la gaditana Población militar de San Carlos, así llamada en honor al Rey Carlos III. Cádiz se había quedado pequeño y era necesario trasladar la Capitanía General del Departamento Marítimo a la Isla de León (actual San Fernando), aprovechando además las cercanías del Arsenal de La Carraca.
Edificio de estilo neoclásico, de sobria y monumental portada, presenta planta de cruz latina inscrita en un rectángulo; en origen iglesia parroquial, fue diseñado por Francisco Sabatini, participando otros célebres arquitectos en su construcción. En 1805, tras el desastre de Trafalgar, se pararon sus obras durante décadas, reanudándose en 1845, tras la apertura del Colegio Naval. En 1850 se decidió convertirlo en Panteón de Marinos Ilustres, inaugurándose oficialmente en 1870. En 1854 se concluyeron los sepulcros de Jorge Juan, Juan José Navarro, marqués de la Victoria, Federico Gravina, Luis de Córdova, Ignacio María de Álava, Cayetano Valdés y José Rodríguez de Arias. Pero no sería hasta las décadas de 1940 y 1950 cuando se culminó su cubrimiento completo y otras obras relevantes que hoy podemos admirar. El Panteón consta de tres cuerpos unidos entre sí por otros dos de forma circular; y alberga en su interior un cementerio militar, si bien también hay marinos mercantes.
Tumbas y mausoleos contienen restos mortales de casi un centenar de marinos ilustres, y numerosas lápidas recordatorias de otros tantos; esculturas y otras obras de arte de gran valor. Justo debajo del altar se encuentra el Salón de Símbolos o Nava del Cenotafio, dedicada a todos los marinos que reposan en las profundidades de los mares. Todos los magnos hechos históricos que España protagonizó en su historia marítima, descubrimientos, navegaciones y victorias, están reflejados en lápidas conmemorativas, así como en homenaje a los marinos que han quedado en el anonimato.
El conjunto del Panteón resulta severo y grandioso, aumentando la gallardía de la fachada en esbelta cruz de piedra que la remata, leyéndose bajo el frontispicio la inscripción latina: Omnes isti in generationibus gentis sua gloriam adepti sunt et in diebuis sui habentur in laudibus (Todos estos alcanzaron la gloria mientras vivieron entre los suyos y serán ensalzados por la posteridad).
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