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Los viernes saben a freixós en Casa Teresa, en As Pontes

ANA F. CUBA AS PONTES / LA VOZ

FERROL

En la cocina, ayer por la mañana, apuraban la faena para atender los pedidos de freixós
En la cocina, ayer por la mañana, apuraban la faena para atender los pedidos de freixós JOSE PARDO

El local responde al cierre forzoso con esta y otras propuestas culinarias para llevar, como el pepito de lomo de porco celta

30 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Qué hacer si tienes que cerrar el negocio del que vives por culpa de la pandemia? A Teresa Cabarcos, al frente del café-restaurante Casa Teresa, de As Pontes, se le ocurrió combatir las restricciones a base de freixós, hamburguesa casera de carne de terneradesa que se coñece como gourmet, fomos os primeiros en tela aquí»-, bolas de liscos, bollos preñados y pepito de lomo fresco (con producto de la marca Céltico Somos Porco Celta, con sede en la villa pontesa), o empanadas. Así ocurre todos los viernes, con servicio de comida para llevar en el céntrico local pontés entre las 19.00 y las 21.30 horas.

Las primeras veces, durante las semanas de clausura obligatoria de diciembre, servía a quien se acercaba, y ahora ya lo vende casi todo de antemano. Ayer a mediodía ya había recibido pedidos por 33 docenas de freixós, y ella y otra cocinera, Sonia Cabarcos, habían preparado masa para 45 (540 unidades). «Non hai maneira de facelos industrialmente, porque hai que viralos, así que traballamos con cinco tixolas e unha prancha grande á vez», contaba, justo a punto de iniciar la faena. Teresa reconoce que su fuerte, y también el de sus ayudantes de cocina, son las masas. «Todo moi artesanal», subraya.

Otro ejemplo de su devoción por la harina son las empanadas, «feitas con masa nai, fariña do país..., e recheas de bonito, bacallau con pasas, mexilóns con chourizo, lombo con setas, berberechos, zamburiñas... e o que nos encarguen», enumera. La textura de la masa, sin fermentar, es crujiente, y los clientes la saborean con gusto. «Levo vinte anos facéndoas, moito antes de estar aquí», explica. Esta hostelera pontesa de 44 años abrió el negocio en 2008. «Facemos cociña caseira tradicional, gústanos, levámola moi arraigada, aínda que a alixeiramos un pouco», señala.

Si los viernes saben a freixós, los sábados, en Casa Teresa, mandan los platos de cuchara. «Sempre facemos callos, ademais da empanada, e metemos algo máis que se nos vai ocorrendo pola semana ou improvisamos o venres, un estofado, carrilleiras, polbo... Aparte das croquetas, que temos sempre, de moitos tipos, todas con ingredientes frescos e feitas por nós, salmón con espinacas, marisco, polo, merluza...», relata. Ahora, todo para llevar. Los domingos cierran, para conciliar, con o sin restricciones. Y ahora, con las nuevas limitaciones, tampoco abren de lunes a jueves.

«Pola semana, só con comida para levar non é viable economicamente», reconoce la responsable de Casa Teresa. De las cinco personas que forman la plantilla, dos están en ERTE (expediente de regulación temporal de empleo). El servicio para recoger (de momento no reparten a domicilio) «dá para subsistir malamente. Ao mellor antes de morrer queimamos os últimos cartuchos». No descarta un giro radical al negocio, de restaurante a obrador. «Son inquedanzas... Gústanns a fariña e as masas».