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Tres sindicatos denuncian despidos en Guidoni mientras amplía plantilla

Beatriz García Couce
Beatriz Couce FERROL

FERROL

Instalaciones de la fábrica de tablero de piedra de Guidoni en Narón, en foto de archivo
Instalaciones de la fábrica de tablero de piedra de Guidoni en Narón, en foto de archivo CESAR TOIMIL

Las centrales afirman que las rescisiones afectan al personal más antiguo

31 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Representantes de los sindicatos CIG, CC.OO. y MAS denunciaron ayer públicamente despidos de personal en la planta que el grupo brasileño Guidoni tiene en el polígono naronés de As Lagoas. Los portavoces sociales afirman que, mientras que la compañía ha ido incorporando a nuevos trabajadores a esta factoría especializada en la fabricación de tablero de piedra, ha acometido una decena de despidos «sen causas obxectivas», mayoritariamente entre los empleados más antiguos. En concreto, afirman que siete u ocho de las personas de las que se ha prescindido, se encontraba entre el colectivo que, en el año 2013, evitaron el cierre de la empresa capitalizando sus prestaciones por desempleo y creando Seaquarz, una sociedad anónima laboral.

«Os despidos son aleatorios, non teñen motivo nin xustificación algunha. A empresa acaba recoñecendo a improcedencia dos mesmos moitas veces no propio SMAC. O último foi o pasado venres e decimos basta», afirmó Marcos Sánchez, de la Federación de Construcción de la CIG. Alejandro Bello, de CC.OO. manifestó que la dirección «está desmantelando la plantilla más antigua y contratando personal nuevo, más en precario». Además, aludió a que a uno de los despedidos se le argumentó bajo rendimiento «sin ningún apercibimiento previo ni comunicación al comité».

José Salceda, del sindicato MAS, aseguró que los portavoces de la plantilla han intentado, a través de numerosas reuniones con los responsables de la compañía, evitar esta situación, pero no lo han logrado. También subrayó que «grazas a eses traballadores, a empresa segue en pé». 

Movilizaciones

Las tres centrales, que también cuentan con el apoyo de UGT, anuncian que promoverán un calendario de movilizaciones para intentar cambiar esa situación, sin descartar una convocatoria de huelga en la compañía.

Los portavoces sindicales valoran positivamente que la compañía haya ido incrementando la actividad y al mismo tiempo la plantilla -actualmente está formada por 180 personas- pero insisten en poner en valor el esfuerzo realizado por parte de los empleados más antiguos para darle continuidad a una industria abocada al cierre en la comarca ferrolana hace casi diez años. 

La empresa niega precariedad

Fuentes del departamento de Recursos Humanos de la compañía aseguraron que todos los contratos que realizan cumplen escrupulosamente las condiciones del convenio colectivo de aplicación en el sector.

Además, recordaron que la empresa, desde que se implantó en el año 2016 en la zona, ha registrado un considerable incremento de la plantilla, realizando una apuesta mayoritariamente por el empleo local. Además, insistió en el cumplimiento de los horarios laborales y en el pago de las horas extras, entre otros.

Los sindicatos, sin embargo, afirman que, mientras que una de las quejas más frecuentes que les trasladan los responsables de la empresa es la dificultad para encontrar personal con cualificación específica, «pero despiden a traballadores que levan toda a vida na fábrica», afirmó Marcos Sánchez, de la Federación de Construcción de la CIG.

Una fábrica creada al amparo de las ayudas públicas por la reconversión naval

Después de unos años convulsos, el desembarco del grupo brasileño en la planta de producción de tablero de piedra para el sector de la construcción trajo consigo no solo estabilidad, sino también crecimiento de la actividad y de la plantilla, que prácticamente se ha triplicado en los últimos ejercicios. En su apuesta por las instalaciones de As Lagoas, Guidoni invirtió en la puesta en marcha de una nueva línea productiva y llegó a los 180 trabajadores actuales. 

En sus orígenes, la factoría fue una de las primeras creadas al amparo de las ayudas de la reconversión, aunque en seguida padeció la falta de visión empresarial de sus fundadores.

Posteriormente, se hizo con las instalaciones el grupo italiano Quarella, quien gestionó la planta -rebautizada como Privilege Advance Surfaces- desde mediados de la década de los 90. Más tarde, ante los problemas de viabilidad surgidos, alrededor de cuarenta trabajadores decidieron constituir una sociedad laboral para darle una nueva vida a esta fábrica.

Cuando los problemas para obtener financiación acuciaron a la plantilla, esta vendió sus acciones a un empresario valenciano que, poco tiempo después, también cerró una operación de venta, en esta ocasión con la compañía brasileña. Esta desembarcó en la empresa realizando inversiones superiores a los 14 millones de euros.