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«Los adolescentes han normalizado el hecho de ir al psicólogo y eso es positivo»

B. Antón FERROL

FERROL

Paula Marcos Corregal se encuentra al frente de la nueva consulta de psicología del Juan Cardona
Paula Marcos Corregal se encuentra al frente de la nueva consulta de psicología del Juan Cardona JOSE PARDO

Paula Marcos Carregal, psicóloga en el Hospital Ribera Juan Cardona de Ferrol, alerta sobre el incremento de trastornos del sueño, conducta y alimentación en niños y adolescentes

30 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Paula Marcos Carregal (Santiago, 1990) se encuentra al frente de la nueva consulta de psicología clínica que acaba de poner en marcha el Hospital Ribera Juan Cardona de Caranza. Asegura que la demanda de terapias de salud mental ya era muy grande antes de la pandemia, pero reconoce que la crisis sanitaria la ha acentuado y visibilizado. Y entre los problemas que van en aumento, cita los trastornos de conducta, sueño y alimentación en el caso de niños y adolescentes, mientras que entre los adultos percibe un incremento de los sentimientos de soledad, incertidumbre y «ansiedad generalizada».

—¿Son problemas que se tienden a sobremedicar?

—Sin ninguna duda. Debido a la saturación de la atención primaria y de las consultas especializadas en la sanidad pública, a veces se produce una sobremedicación de problemas de tipo adaptativo que se podrían solucionar con terapia psicológica. El problema es que en algunos casos la medicación solo funciona como un parche, porque baja la ansiedad, pero no resuelve el problema. Y otras veces se utiliza como tratamiento principal, cuando podría ser complementario.

—¿Qué es lo que más le llama la atención de la situación actual?

—Sobre todo, el aumento de problemas de salud mental entre niños y mayores. Veo mucho estrés, mucha ansiedad, mucha emocionalidad poco digerida. Y también veo que pocos recursos para gestionar esas dificultades. Esto redunda en el sueño, en el rendimiento académico, en somatizaciones como dolores de estómago y cabeza... O incluso crisis de ansiedad. Además, los jóvenes se sienten a veces muy presionados por el hecho de tener que aprobar, de ser buenos y por unas exigencias sociales y una meritocracia que los sobrepasa.

—¿Cómo se les puede ayudar?

—Yo siempre recomiendo mucha comunicación y compresión con los hijos. Los estudios son importantes, pero hay que saber ver más allá. Si esto les provoca mucha ansiedad, si no pueden dormir, lloran a menudo o no son capaces de comunicar ni siquiera lo que les pasa, y eso se prolonga mucho en el tiempo, entonces hay que pedir ayuda e ir a un especialista.

—¿Cómo se toman los adolescentes el hecho de ir al psicólogo? ¿Sigue siendo un tema tabú?

—Yo creo que en este tema se ha avanzado mucho. Aunque muchas veces la demanda de ayuda parte de los padres, cada vez es más frecuente que sean los propios adolescentes los que piden ir al psicólogo al verse sobrepasados por situaciones que no saben cómo afrontar. Los adolescentes han normalizado el hecho al psicólogo y eso es algo muy positivo.

—¿Cómo ve el futuro? Ahora que la sexta ola empieza a remitir, ¿ve luz al final del túnel?

—La sociedad cada vez está cansada, más agotada, y cuando se vive una situación de estrés prolongada en el tiempo es cuando más se notan las consecuencias. Si no se ponen recursos y apoyos, va a ser difícil que se mejore en lo que respecta a la salud mental, porque los problemas, si nos los tratas, tienden a cronificarse. Por eso hacen falta muchos más recursos. Estamos en una situación muy precaria en lo que se refiere a recursos de salud mental en la sanidad pública, por debajo de las ratios europeas, y si no se toman medidas las situación no va a mejorar. Desde la privada podemos ofrecer ayuda, pero no todo el mundo se lo puede permitir.