
Coincidiendo con el Día Mundial de la Obesidad, el endocrino Diego Bellido incide en la importancia de reducir la ingesta y hacer ejercicio: «Para perder peso no basta con caminar, también hay que hacer ejercicios de fuerza»
04 mar 2022 . Actualizado a las 09:52 h.Hoy se celebra el Día Mundial de la Obesidad (World Obesity Day), una jornada que cada año arroja cifras más alarmantes y que en esta ocasión se conmemora con el objetivo de servir de altavoz para enviar dos mensajes claros a la población. «El primero es que esto es un problema de todos y al que hay que dar respuesta desde todos los organismos. Y el segundo es que la obesidad tiene que ser considerada una enfermedad, porque solo así se podrán poner en marcha políticas activas para hacerle frente», apunta el jefe del Servicio de Endocrinología del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol, Diego Bellido (Cádiz, 1957).
—¿La pandemia ha tenido un impacto directo en la báscula?
—A raíz de la pandemia ha habido un claro aumento de peticiones de consulta por motivo de ganancia de peso. En general, hemos visto una ganancia ponderal media de dos o tres kilos en los pacientes que tenían un peso normal y que venían a la consulta por otros motivos, como diabetes o trastornos de tiroides, pero el aumento de peso resulta especialmente llamativo en aquellas personas que ya antes de la pandemia presentaban obesidad o sobrepeso. En esos casos, la ganancia ha sido mucho mayor. Y lo cierto es que cada vez vemos a más pacientes obesos con más obesidad, es decir, de grado 3 o 4, con más de cien kilos de peso.
—¿A qué se debe este aumento de los casos?
—En primer lugar, a una disminución clara de la actividad física, porque, aunque ahora la situación se está normalizando, la pandemia ha provocado que la gente se mueva menos y se encierre más en casa. Además, ha habido un aumento generalizado de la ingesta, porque al estar en casa sin hacer nada es más fácil echar mano del picoteo y del snack, que son alimentos con muchas calorías. Y en tercer lugar también ha influido la ansiedad, que te lleva a comer más.
—¿En qué situación se encuentra Galicia?
—Junto con Andalucía y Asturias, Galicia se encuentra a la cabeza de España en cuanto a prevalencia de la obesidad. En torno a un 25% de la población gallega presenta obesidad, y prácticamente un 60 %, sobrepeso (incluidas aquí también las personas con obesidad). Esta prevalencia aumenta a medida que se cumplen años. Es decir, a más edad, más peso, pero también más grasa corporal, que a mí es algo que aún me parece más preocupante porque eso conlleva un mayor riesgo de desarrollar diabetes, enfermedades cardiovasculares, problemas locomotores o diferentes tipos de cáncer, como el de mama o el de colon, que ha aumentado mucho. Por no hablar de los problemas de tipo laboral o psicológico, que no hay que despreciar, porque casi ninguna persona con obesidad se ve bien y eso tiene una clara repercusión en su salud mental.
—¿A los niños también les afecta esta ‘pandemia' de obesidad, como la calificó la OMS?
—La obesidad infantil se triplicó en los últimos años y eso ya está teniendo un claro efecto a largo plazo. Hace unos años, cuando yo le preguntaba a un paciente obeso si de pequeño había sido gordito, en torno a un 80% me decía que no, pero ahora son más del 50% los que me dicen que sí. Un niño gordito va a tener muchas más papeletas de ser un adulto gordo. Por eso es fundamental promover el ejercicio físico en los niños, que tengan muchas alternativas para poder moverse o hacer deporte. Y luego, por supuesto, también hay que ofrecerle una alimentación saludable para que no perciban un ambiente obesogénico en casa.
—Antes hablaba de que la obesidad multiplica las posibilidades de padecer cáncer o diabetes, pero también supone un claro riesgo si se coge el covid.
—Es el principal factor de riesgo de mortalidad en los pacientes con covid. Además, las personas con obesidad también son más susceptibles de desarrollar formas graves de la enfermedad y su hospitalización presenta más complicaciones.
—Reivindica que la obesidad se considere una enfermedad.
—Solo así se podrán poner en marcha políticas efectivas. Si tienes diabetes, un médico te puede prescribir un tratamiento con insulina, pero los fármacos para la obesidad no están financiados. Y el cupo de cirugías no alcanza ni al 3% de la población candidata. También sería muy importante que se dotase al sistema público de dietistas, porque son un soporte fundamental para el seguimiento individualizado de los pacientes.
—¿Qué es más importante, comer bien o hacer ejercicio?
—Las dos cosas son fundamentales, pero en primer lugar yo pondría el ejercicio físico. Y no basta con decir: ‘es que yo camino mucho'. Para perder peso hay que combinar esas caminatas con ejercicios de fuerza de las extremidades. Y además, hay que comer menos cantidad y más sano.