Por lo general las personas de más edad viven en estado de dependencia, aunque todos seguimos pensando sobre los fundamentos de la cruda realidad y denunciando hechos que causan destrozos. En este caso, en la sociedad ferrolana, con lo que está pasando con la ayuda que aporta la Fundación Amancio Ortega, —palabras mayores— para la construcción de una residencia. Los terrenos están desde hace tiempo a disposición en la zona del Bertón, pero folio por allí, bolígrafo por allá, el deterioro va en aumento. En algún país esto se solucionó con la navaja cabritera. Aquí, sin ambiente de pelea ni nada que se le parezca, existe una bronca gorda entre el Ayuntamiento y la Xunta porque los documentos oficiales no salen de los pupitres. Por favor una aspirina, si no se acabaron, para entender este desaguisado administrativo convertido en drama para tantas familias que seguirán esperando a que les suelten los leones a los responsables, que los hay con nombres y apellidos.
Hablando con simplicidad, el deterioro en la política actual, pocos lo dudan ya, y las secuelas, alcanzan también a los instrumentos públicos. Por ejemplo el reloj del Ayuntamiento dejó de poner las notas del big-ben de Londres. Parece estar de acuerdo con la situación, lleva varios años en silencio y sin recibir ordenes, y su situación no es debido a un misterioso viento llamado de tramontana, no, se detuvo sencillamente porque no le dan cuerda. Asunto parecido es esta antigualla de la política que padecemos, porque muchos están ahí sin saber quién eran, o sin saber si eran alguien. Y como dijo un ilustre poeta: También las rosas se ríen de los políticos en primavera. De la noche a la mañana la aldea de Canido —así reza en la pared de algún edificio— se esta convirtiendo en un gran barrio con un amplio repertorio de atractivos, arranco con el santuario de «las Meninas», sacralizadas por el pintor Eduardo Hermida. A continuación, una reurbanización que renovó el interés que suscitan su obras y trazado de calles, que están enriqueciendo de forma vigorosa el barrio de Fernando Miramontes. El Inferniño, Caranza, Esteiro y ahora Canido, son barrios que colocan a Ferrol en el mejor nivel de una ciudad estimulante y exigente.