Mako Valle, comerciante: «Nós salvamos a situación, pero esperamos que non haxa máis cortes de luz»

gala dacosta diehl FERROL / LA VOZ

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Miguel Romero atiende en el café Moncloa y señala que durante dos días su actividad se vio alterada por la avería del transformador del Cantón.
Miguel Romero atiende en el café Moncloa y señala que durante dos días su actividad se vio alterada por la avería del transformador del Cantón. Gala Dacosta

Vecinos y comerciantes se quedaron a oscuras dos veces en solo una semana

04 nov 2022 . Actualizado a las 20:24 h.

Durante varias horas del pasado jueves y también el sábado anterior, muchos comerciantes de A Magdalena vieron su día totalmente trastocado por una avería que los dejó sin electricidad. El sábado 29 de octubre fue por la mañana, a eso de las 12, y causó trastornos para cobrar, hacer pedidos y atender a los clientes, en el caso de las tiendas.

Los hosteleros se llevaron la peor parte y perdieron buena parte de la caja del día, como por ejemplo ocurrió en el café Moncloa de la calle Magdalena: «Cuatro empleados estuvieron parados hasta las dos y media, y luego aún tardamos en poder hacer los pinchos y calentar las cafeteras», explica su dueño, Jaime Grandal. En cambio, en la librería Cantón 4, Mako Valle dice que no les afectó demasiado ninguno de los fallos eléctricos de esta semana: «Intentamos ver o vaso medio cheo. Cando nos pasou en 2019, pechamos a tenda. Agora, pensamos que se puidemos coa pandemia, non nos vai frear un apagón».

Los locales afectados

El sábado pasado se sorprendieron con la caja que consiguieron hacer a pesar del fallo eléctrico. Aunque a primera hora dudaban si estaba abierto por falta de luz, la gente siguió yendo a comprar: «O sábado é día de venda y a xente viña igual porque moitos encargaron antes libros, ademais o bono está animando bastante a mercar», explica la dueña de la tienda. Algunos comercios no pudieron ni siquiera cerrar o abrir porque sus persianas son eléctricas, explica, pero su único miedo era tener que cerrar sin la alarma puesta. Afortunadamente, la electricidad volvió a tiempo para terminar las últimas horas de la jornada con las luces encendidas.

El apagón del jueves fue a mediodía y coincidió con el cierre de muchos comercios, lo que aún así provocó alteraciones para los hosteleros: «Fue imposible atender a nadie. Estuvimos sin energía cuatro horas, hacía frío y sin luz ni nada no pudimos servir un solo café», señala Grandal. «Tuvimos suerte porque ya habíamos horneado todo lo de la mañana y ya estaba en el ordenador, haciendo caja», afirma en cambio Alba Rama, del Horno San Amaro. En lo que desde luego hay consenso es en la necesidad de cambios: «Dixéronos que o estaban arranxando, nós puidemos salvar a situación, pero esperamos que non ocorra máis», dicen en Cantón 4.

Daniel Berini, de la librería Cantón 4, señala que trabajaron los dos días de apagón con normalidad
Daniel Berini, de la librería Cantón 4, señala que trabajaron los dos días de apagón con normalidad Gala Dacosta

El transformador del Cantón de Molíns, que es subterráneo, lleva dando problemas a los vecinos del barrio de A Magdalena desde hace años. La primera avería que dejó sin electricidad a vecinos, comerciantes y hosteleros fue en el año 2019, provocada por intensas lluvias. De cara al invierno, los comercios del centro piden que se valoren alternativas al transformador bajo tierra. «No entiendo cómo ese transformador es subterráneo. Hay muchos bajos vacíos cerca del Cantón, la empresa que sea debería planteárselo», sugiere el dueño del Moncloa.

Aunque ya ha contactado con su seguro y ha emitido una queja a título particular, sugiere redactar un escrito común a todos los comerciantes cuyo día a día depende de un transformador «poco fiable», indica. Tres años después del primer gran apagón por la zona, los ferrolanos que hacen vida en el corazón de la ciudad continúan quejándose por la inseguridad que provoca el transformador situado en el Cantón. El jueves se oyeron explosiones en el mismo y con cada temporada de lluvias e inundaciones, ocurre lo mismo. Entrado ya el mes de noviembre, temen que vuelva a ocurrir algo así en Navidades, época fuerte para el consumo que deja muchos beneficios.

Advierten del peligro de no actuar a tiempo: «Todo el mundo conoce el transformador del Cantón. Lo más peligroso es que hubo explosiones, suerte que no pasó nadie», señala Grandal.